Si pasa o no

Capítulo 4.

¡Hola!

Aquí el último capítulo de este pequeño fanfic.

Disculpen lo errores y feliz lectura.

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Algunos meses habían pasado, seis para ser exactos. Emma vivía sola en un apartamento cerca de la casa de David. La rubia en su cumpleaños número veinticuatro, como había hecho Regina, presentó a Lily como su nueva novia, pero se sentía culpable y la peor persona por estar usando a la mujer, no estaba enamorada de ella, sus sentimientos estaban con Regina.

La morena se había convertido en una persona importante en poco tiempo. En esos meses que no vivían en la misma casa, no hacía otra cosa que extrañarla. Si bien iba a visitar a su familia y podía verla unos minutos, pero no lo suficiente para poder apreciar su sonrisa, su cabello, su risa, su olor al abrazarla y sus bromas. Lo que más le extrañaba eran las discusiones sin sentido que solían tener y cuando la llamaba "idiota".

Por otro lado, Regina se sentía mal por no poder ver a Emma tanto tiempo como antes. Su presencia la reconfortaba, pero siempre fingía desagrado para que no lo supiera. Le hacía falta su protección y sus miradas cariñosas. Pero al igual que la rubia, no quería a Robin, ya no lo quería ni siquiera como amigo, luego de un par de meses de comenzar su relación se había puesto posesivo e invasivo y debía terminar con la relación lo antes posible.

Esa misma tarde, Regina había decidido reunirse con el chico para poder hablar pacíficamente y poner fin a su noviazgo.

-Regina – habló Mary.

-¿Qué sucede? – preguntó asomándose por la puerta de la cocina.

-Esta noche viene Emma a cenar – informó – trata de llegar a tiempo.

-No te preocupes – sonrió al escuchar que la rubia iba a estar allí – Hasta más tarde – saludó y salió al lugar donde había citado al chico.

En el camino pensaba en cómo iba a abordar el tema para no herirlo.

En casa de Emma...

-Emma – habló Lily – Tengo un viaje por trabajo – informó.

-¿Hacía donde tienes que ir? – peguntó.

-Nueva York – respondió un poco molesta por no tener completa atención de Emma.

-¿Por cuánto tiempo? – volvió a preguntar.

-No lo sé – dijo ganando finalmente la mirada de la rubia.

-¿No lo sabes? – preguntó un poco sorprendida.

-Voy por trabajo y no sé por cuanto tiempo.

-¿Y si no regresas? – interrogó alterada.

-No nos engañemos, Emma – sonrió triste – Sé que no sientes nada por mí, me he dado cuenta.

-¿De qué te has dado cuenta? – murmuró bajando la cabeza.

-De como la miras, las veces que he ido contigo a casa de tu familia lo he notado – expuso – Y no te culpo – agregó sonriendo.

-¿No estás enojada?

-Te mentiría si te dijera que no, pero desde adolescentes sabíamos que esto no funcionaría. Fuimos amigas por mucho tiempo.

-Entonces, suerte en tu viaje – dijo Emma dándole un abrazo a la mujer.

En otro lado del pueblo...

Regina se encontraba sentada en una cafetería, esperando la llegada de Robin. Se encontraba nerviosa y soltó un suspiro cuando lo vio acercarse.