El señor sabe que me hallo con la soga al cuello, desprovisto de vigor y propósito. El señor sabe que llevo noches implorando ayuda, mas ignora mis llamadas dándome únicamente insensibles palmadas en la espalda que no podrían sonar más fuerte que su silencio.
Sabe que me ahogo, pues acá lo he plasmado, entre el silencio de la noche y el bullicio de la mañana, sabe que me ahogo y no ha sido capaz de tenderme un brazo firme del cual sujetarme, sino de uno exangüe y raquítico que en lugar de ayudarme a salir del océano me ha dejado ahí, desprovisto de fe y voluntad.
Me ha visto temblar y llorar entre parpadeos largos y la vista clavada al cielo: ha visto como la nostalgia y el desasosiego han vuelto a ser la tinta de mis escritos, como la tristeza y la desidia se han convertido en el motor de vida.
Que me perdone, pues, por las biblias llenadas hablando de lo mismo, por las motas de polvo que adornan mi techo y que tantas veces ya he contado; por las horas mirando a la oscuridad y por los días con los cerrados debido al sol golpeando en cara.
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Cosas que no me dejan dormir
RandomSi un pez no nada, se ahoga. Cortas memorias o relatos que llegan a la vida durante varios transnochos. Cosas que no me dejan dormir. No se hacen correcciones, no se reescriben. Chispas bajo el agua que rápidamente resultan ahogadas.
