XXII. Prórroga.

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—¿Estás bien? –le preguntó.
—Sí, he tenido días peores. –le mintió.
—Oh, pero estarás bien para mañana, ¿cierto? –preguntó nuevamente sin apartar la mirada, mientras que con su pulgar le acariciaba la mejilla.
—Sí, para mañana todo estará bien. –van dos, pensó.

Cosas que no me dejan dormirWhere stories live. Discover now