Starlight

La Torre

Capítulo 1: La Torre (Irregular I)

[...]

«Fate leads each person on a predestined path. Just as some are effortlessly chosen for a path of greatness from the moment they are born…

Others are just as easily cast aside.»

—El destino lleva a las personas por un camino predeterminado. Así cómo algunos son escogidos fácilmente para un camino de grandeza desde su nacimiento…

Otros, de la misma forma, son dejados de lado.—

The boxer, arte e historia de JH (disponible en LINE Webtoon).

(...)

Ni siquiera destino podía controlar a azar. Pero destino es paciente y el tiempo su amigo. Lo inevitable sucede tarde o temprano, y así destino había aprendido a lidiar con el azar y jugaba con las cosas que le arrojaba.

Destino no es capaz de sentir compasión por las lágrimas de la niña. Después de todo, ella es quién se negaba a reconocer su lugar, su papel.

Ella es una de esas cosas aleatorias, cartas desordenadas, el resultado imprevisto de los dados que le tocó gracias al azar; es una humana arrogante, susurró destino.

En el lado opuesto de la balanza, algo cómo la Torre —una entidad admirada y resentida por sus habitantes en igual medida— creada de sangre, lágrimas, sudor, ilusión, traición, avaricia y todo cuánto está en el corazón de las personas, es inmune a tales disgustos, ya que esas desagradables emociones y tormenta de tragedias y victorias es lo que la ha mantenido de pie durante milenios.

Al igual que destino, no sentía la menor simpatía por la niña. Ella es un medio para su fin.

El niño aún es un bebé incapaz de oír la voz de la Torre, pero lo inevitable sucede tarde o temprano.

De este modo la niña finalmente es útil.

(Finalmente porque pudo haberle enseñado todo al bebé. Tenía personas allí esperando por él y destino sabría guiar unos a los otros. Rachel —Michelle Light— es un capricho de la suerte y el azar.)

Observa complacida —la Torre— al niño acercándose y abre sus puertas; entonces, es curiosa el actuar de la suerte.

La conciencia de la Torre llega una conclusión frívola y se divierte con la misma gracia de un chiste mal contado: admira a la chica, la caída de dados a su favor, es un suceso tan simplón cómo estar debajo del elegido lo que le permite deslizarse por sus puertas.

Por supuesto, la Torre conoce sus pensamientos y Headon comparte su diversión.

El bebé, el niño ignorante y sin ambiciones, perdido en la oscuridad, por el contrario es recibido con los brazos abiertos.

“La respuesta siempre está en la cima de la Torre.”

Y por primera vez, Bam 25 oye una voz que no pertenece al mundo que conocía.