𝗣𝗥𝗜𝗡𝗖𝗘𝗦𝗦 𝗢𝗙 𝗧𝗛𝗘 𝗛𝗨𝗡𝗧
❪ los suicidas no solo obedecen
al afán de venganza... ❫
━ 🥀 ❛ los dioses no tienen
piedad, por eso son
dioses ❜
Es sorprendente lo que
un desliz de locura
...
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❛ GOLDENWINGS❜ ❪ chapter fourteen ❫
Robamos unas alas usadas
❪ percy ❫
—¡POR AQUÍ! —gritó Rachel.
—¿Por qué habríamos de seguirte? —preguntó Annabeth—. ¡Nos has llevado a una trampa mortal!
—Mira Annabeth no es momento de tus malditas preguntas —gruñó Vanessa qué prácticamente llevaba el peso de Ariel junto a Thomas.
—Era el camino que teníamos que seguir. Igual que éste. ¡Vamos!
Annabeth no parecía muy contenta, pero siguió corriendo con todos los demás. Rachel parecía saber exactamente adonde se dirigía. Doblaba los recodo a toda prisa y ni siquiera vacilaba en los cruces. Su hermano llevaba casi que cargando a Ariel mientras seguía corriendo (después de esto me senti culpable puesto que Thomas había tenido una fea fractura en la pierna y aún así pensaba en la seguridad de Ariel antes que en su pierna) En una ocasión él dijo «¡Al suelo!» , y todos nos agazapamos justo cuando un hacha descomunal se deslizaba por encima de nuestras cabezas. Luego seguimos como si nada.
En ese momento me di cuenta que Thomas percibía las trampas puestas en el laberinto, sabía justo cuando iban a cambiar y, a diferencia de Rachel, tenía los puntos claros en el mapa de Vanessa. Rachel por otro lado era la guía, veía el brillo en el suelo y podía correr como si nada. Eran un dúo dinámico compatible el uno con el otro. Eran asombrosos juntos.
Perdí la cuenta de las vueltas que dimos. No nos detuvimos a descansar hasta que llegamos a una estancia del tamaño de un gimnasio con antiguas columnas de mármol. Me paré un instante en el umbral y agucé el oído para comprobar si nos seguían, pero no percibí nada. Al parecer, habíamos despistado a Luke y sus secuaces por el laberinto.
Entonces me di cuenta de otra cosa: la Señorita O’Leary no venía detrás. No sabía cuándo había desaparecido, ni tampoco si se había perdido o la habían alcanzado los monstruos. Se me encogió el corazón. Nos había salvado la vida y yo ni siquiera la había esperado para asegurarme de que nos seguía.
Rápidamente Vanessa hizo que Thomas tumbara a Ariel, con delicadeza, en el suelo de mármol. Él la dejó en el suelo, su respiración eran jadeos, su piel estaba muy pálida casi muerta, sus labios morados y se veían ramificaciones negras subir por sus brazos y cuello, tenía la frente pelada de sudor y temblaba como loca. Sea lo que sea que tenía en su organismo la estaba matando.
Annabeth se lanzó al suelo al instante y empezó a rebuscar con rapidez en su mochila.
—Annabeth puede ser peligroso darle ambrosía en este estado —dijo Vanessa y me miró esperando a que opinara.
