(y esta vez no en tus labios)
No pude contenerme más,
apreté el gatillo
del cañón salió disparada una bala
llena de recuerdos,
se quedó incrustada en mi garganta
ya a penas puedo hablar.
los gritos me arrancaron la piel y ahora vivo con los huesos temblando por el aire.
me duelen las piernas,
me duelen los brazos,
pero sobretodo me dueles tú.
La niña que jure querer se me escapa entre los dedos,
y como si de una danza se tratase te vas moviendo por todo mi cuerpo.
Que más le hubiera gustado a Mozart haber compuesto una canción para ti.
Que más le hubiera gustado a Bequer haberte conocido para convertirte en su musa.
Que más me hubiera gustado a mí que te quedarás
y aunque envidio a todos aquellos ya nombrados por no haberte conocido,
más me envidiarían ellos porque mis manos acariciaron tus cabellos,
se posaron en tu cintura y mis dedos se entrelazaron con los tuyos.
He dejado el suelo lleno de sangre y ya a penas se puede leer la carta que te escribí,
tus ropajes se han manchado por mi culpa
te ha arrodillado al lado de mi cuerpo inerte y por un segundo te he escuchado suspirar,
intenté cogerte la mano,
intenté hablarte,
lo intente todo.
Y al final terminaste cruzando una vez más aquella puerta.
Lo único que me quedaba de ti era una pequeña lágrima que terminó rodando por mis mejillas
y aún así te sigo esperando todas las noches.
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ya no estás
Poetry"llevabas años encadenada en una cueva, maldita suerte la mía. llevabas puesto un vestido de lino y con él mi corazón hecho añicos. rompiste las cadenas, pero no te diste cuenta, que la cueva era yo y que las cadenas eras tú. [...] maldita suerte la...
