con tus suspiros en el hueco de mi cuello
y las manos posadas en mis mejillas.
mi mirada perdida,
los deseos escondidos,
escapan con desespero
escapan de tu mirada opaca.
busca y captura
convirtiéndose así en delincuente
condenado a muerte
camino con la cabeza gacha por el pasillo
inerte.
en las otras celdas se encuentran las palabras que nunca dije
y hacia viento ese día
el día al que bautizaste como tu sentencia de vida
que sentido del humor tan macabro que para tu sentencia de vida tuvieron que condenarme a muerte
mi última palabra fue o será
que bonita estás;
con el pelo acariciándote las pestañas.
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ya no estás
Poesia"llevabas años encadenada en una cueva, maldita suerte la mía. llevabas puesto un vestido de lino y con él mi corazón hecho añicos. rompiste las cadenas, pero no te diste cuenta, que la cueva era yo y que las cadenas eras tú. [...] maldita suerte la...