Mistake | Cade

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Algunos días habían transcurrido con normalidad sí es que se le puede llamar de esta manera, mi ruptura con Beck había sido sana pero no significaba que quisiera estar en los mismos espacios con él o los demás, buscaba mantener mi soledad en lo que sanaba pequeñas heridas y claro, ya no me sintiera algo incómoda al estar con los demás de nuevo.

Quizá para los demás estar aislada unos días sea sinónimo de pasarla mal, pero al contrario de sus pensamientos, me sentía mejor conmigo misma y con una mejor actitud.

Aunque claro, debo de admitir que no estaba completamente sola la mayoría del tiempo.

— Holis, Jade. — el sonido chillante de la voz de Cat me despejó de mis pensamientos. Ella insistía en perseguirme a todos lados aún sabiendo lo que quería y me rendí de pedirle que se fuera.

— Hola Cat.

La pelirroja se mantuvo a mi lado el resto de la semana, no entendía la razón de su insistencia pero decidí no quebrarme la cabeza en entenderla tanto.

— ¿Sabes?, Tu cabello está muy lindo hoy.

— Gracias.

Cumplidos.

Se habían hecho una costumbre en ella de repente y me dejaron de molestar al tercer día, aunque sentía una inquietud en mi cada que la escuchaba decirme algo tan simple como ello.

— El color negro te hace ver más bonita, resalta el color de tus ojos. —Prosiguió hablando e imprudentemente se acercó a mi rostro, tomándolo con ambas de sus manos y esbozandouna sonrisa.

Un suave rubor coloreo mis mejillas, lo sé porque las mismas se sentían calientes de repente, atónita por su acto no pude soltar ninguna maldición para alejarla, quedándome en blanco.

— ¡Cat! —Grité unos segundos después, sin embargo ella no se inmutó y amplió su sonrisa.

—¡Te ves tan linda con tus mejillas rosas!

— Sueltame en este momento, sí aprecias tu vida.

Finalmente soltó mi cara y se acomodó para sentarse sobre su asiento, con algo de molestia la observé y ella ignoró esta acción de mi parte para ponerse a mensajear por su peraphone con quién sabe quién.

Seguí mirando cada detalle de su rostro, sus ojos, nariz, labios, su piel ligeramente bronceada, reí suavemente al recordar cuando era tan pálida como yo.

— Tú también eres bonita. —Solté aquel comentario sin siquiera pensarlo y al darme cuenta de ello tapé mi boca. ¿Por qué tengo que darle cumplidos yo a ella?

— ¿Qué?

—Nada.

— Oh Jade, ¡me dijiste bonita!

—Tengo que ir a clase.

Tomando mis cosas, me levanté de la mesa en la que me encontraba y sin tener contacto visual, me aleje de allí.

Por algún motivo una presión en mi pecho me hacía sentir nerviosa y quería huir, estúpida Cat.

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