Capítulo 3

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Sólo tienes que tocar el timbre, puedes hacerlo, no es tan difícil...

Beomgyu intentaba fervientemente darse palabras de aliento a sí mismo estando de pie frente a la puerta blanca de la casa de Yeonjun.

De cualquier forma ¿Qué más podía hacer? Hacía diez minutos su teléfono había sonado y él se había tenido que ir a esconder tras un contenedor de basura antes de que Yeonjun abriera la puerta para que así no notara que ya había cruzado la calle varios minutos antes.

El cielo estaba nublado, pronosticando una tormenta, razón extra para finalmente entrar a la casa, no podía quedarse el resto de la tarde sentado en la puerta empapándose. Un relámpago lo sobresaltó, dándole el último impulso para finalmente tocar el timbre.

En la sala de estar un rubio se levantó rápidamente, tratando de mantener la calma y no ser obvio frente a los dos chicos que siempre acompañaban al joven de risa bonita que era su amigo del colectivo y por el cual seguramente, definitivamente, absolutamente, no guardaba ninguna clase de sentimiento fuera de lo mucho que le simpatizaba y que obviamente no le estaba haciendo dudar de sus emociones.

Abrió la puerta con una sonrisa, encontrando finalmente a Beomgyu después de haber estado media hora esperándolo entre bromas casuales con los amigos del susodicho.

-¡Hey! Tus amigos llevan un buen rato esperándote, ellos... Lucen un poco molestos, quizá deberías hablar con ellos -Habló bajo mientras se hacía a un lado para dejarlo pasar.

-Oh, supongo que sí... Lo lamento.

-No, no, no es conmigo, yo podría esperarte toda la vida -Beomgyu bajó la cabeza avergonzado, haciendo a Yeonjun caer en cuenta de lo que acababa de decir y logrando sacarle una risa extraña con la cual intentó aligerar el ambiente- Quiero decir... Me refería a que soy una persona con mucha paciencia, como... Esperando en filas, o a que me lleguen compras por internet y eso...

-Entiendo -Sonrió llegando a la sala. Las miradas acusatorias de sus amigos no se hicieron esperar, y no los culpaba, ellos habían acordado que Beomgyu llegaría a casa de Yeonjun a las 2:00 y dirían que Taehyun y Huening Kai se habían atrasado un poco. Así Beomgyu podría pasar media hora hablando con su amor platónico, a las 2:30 ellos llegarían con Binnie, lo dejarían al cuidado de Yeonjun y entonces se irían al parque de diversiones donde Beomgyu les contaría todo lo que conversaron y bromearían con emocionarse como si fuesen niñas de secundaria.

Pero él había entrado a la casa a las 3:00 y en el tiempo que les tomaría despedirse apropiadamente de Yeonjun la tormenta ya habría comenzado.

-Hola, chicos.

-Sí, hola.

-... ¿Lo siento?

-Tal vez no en éste momento, pero ten por seguro que lo harás -Murmuró Taehyun levantando una ceja y causando escalofríos en todos los presentes en la habitación, incluido Binnie. El pelirrojo era el más pequeño del grupo en cuanto a estatura, sin embargo no dejaba de emanar un aura intimidante cuando estaba molesto y sumado a lo sádicas que podían llegar a ser sus amenazas en ocasiones, Huening y Choi preferían no hacerlo enojar.

Se escuchó otro trueno y pocos segundos después los pequeños golpecitos de las gotas de lluvia sobre las ventanas alteraron el silencio relativamente pacífico que inundaba la casa y antes de que se dieran cuenta ya se trataba de una tormenta.

Yeonjun entró a la cocina y salió con 4 vasos de jugo de manzana los cuales colocó en la mesita de centro ¿Qué más podía hacer? Él esperaba poder saludar a Beomgyu de paso antes de que se fueran los 3 juntos a su salida de amigos y de cierta forma se lo agradecía a Kai y a su dichoso conejito. Sin embargo no podían irse en medio de la tormenta que no avisaba poca duración, podrían enfermarse y llegar al parque a encontrar todas las atracciones cerradas debido al mal tiempo, así que ¿Qué más podía hacer?

Tokki DaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora