Nuevamente me levanto por los gritos de mis padres que asustan a cualquiera que esté en esta casa, me giré al lado derecho y noté que mi reloj marcaba las 10:00 a.m, otro día menos de ir a la escuela ¡Gracias mamá!.
Llevo tres días sin ir a la escuela gracias a mi querida madre que no le importamos ni tantito, me levanté de la cama poniéndome mis pantuflas para salir e ir a discutir también con ellos aun sigo sin entender de como mi mamá sigue con ese señor que no llamaré padre.
Llegue al primer piso y mi mamá se encontraba en la sala llorando mientras se limpia con un pañuelo, tenía moretones en los brazos.
Rápido camino donde se encontraba para hablar con ella.— Mamá...
Hable pero no recibí respuesta por parte de ella, solamente notaba que sus lágrimas caían una por una mientras ella las limpiaba.
— ¿Mami?.— Mis hermanos hablan al unísono, mi mamá gira a verlos.
— Hijos, anden, vallan arriba y pónganse sus uniformes, Yeliz los llevas a la escuela por favor hija— Dice mi mamá sin darme la cara.
— Madre...
Se gira a verme— Dime hija.
— No Irán nuevamente a la escuela ya son las diez casi las once, aún sigo sin creer como es que sigues con ese hombre bueno para nada.
Mi mamá empezó a caminar donde yo para darme una cachetada pero la detuve antes de su impulso.
— Es enserio?... ¿Como defiendes a ese hombre? Mira como te tiene— Señalo cada una de sus heridas y moretones que tiene en la piel.
— ¡Tu no eres nadie para decirme con quién quedarme y con quien no!.
— ¡Mamá! Soy tu hija...
— ¡Y yo tu madre! Anda ve y ponte el uniforme que hablaré en la escuela con tu maestro de los días que has faltado.
— No... no iré a la escuela ¡Me quedaré hasta que regrese ese señor!.
— ¡Ese señor es tu padre Yeliz! Deja de ser rebelde y ve a cambiarte— Aumenta la voz al hablar.
— ¡Que no iré y punto! A ese señor jamás lo llamaré padre ¿Sabes por qué? Por que un padre no te golpea, siempre está para ti en las buenas y en las malas, además te saca adelante en cualquier momento no trata mal a las personas que lo rodean ¡Eso es un padre! Este señor es un...— No me deja terminar.
— ¡YA! Me aburres niña con tus... palabras.
— Sabes que... ¡Me aburrí de todo! ¡Me aburrí de ustedes! Me iré al orfanato cerca de aquí.
— Si te quieren recibir ¡Yeliz! Eres una niña de 17 años ¿Quien te quisiera como hija?.
— Personas que llegare a llamar padres sin ningún problema.
— ¿Te damos vergüenza eso quisiste decir?.
— Si... dan vergüenza los ¡Dos! Una mamá como tú no trataría de defender a un hombre como el.
— Entonces ¡Largo! Ve a ver quién te quiere y a quien llamaras padres.
Mi mamá se da la vuelta y empieza a subir las escaleras, doy un suspiro y salgo por la puerta que da a la calle.
Empiezo a caminar y analizar lo que estaba apunto de hacer, si esta bien o mal dejaré de ver a mis hermanos, los dejaré solos, eso es lo único que me importa... mis dos hermanos pequeños... Filiz y Hitmet... los dos de seis años.
Aún sigo sin saber cómo por que nos trajeron a este mundo solo para hacernos sufrir...
[...]
Me encontraba enfrente de ese gran orfanato a casi nada de dar un paso y entrar... siento que una vez que entre no podré salir de aquí... no podré dar un paso atrás y regresar a mi casa con mis hermanos.
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Huérfanas Almas Cautivas [Mi versión]
Teen FictionCuenta la historia de una chica de 17 años llamada Yeliz que por voluntad propia decide irse a un orfanato debido a que sus padres tiene constantes discusiones al grado de que el papá casi mate a su mamá. Una vez que se va de la casa a este orfanato...