Parte 4: El reencuentro.

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ALBA.

Al día siguiente me levanto sobresaltada. Madre mía, ¡la alarma!. Me tiro hacia el móvil que está en lo alto de la mesa, miro el reloj y son las siete de la mañana. Suspiro aliviada y me llevo la mano hacia el cuello para masajearlo, dormir en el sofá no me ha sentado bien aunque he conseguido un sueño profundo del que hacía mucho tiempo no tenía.
Escucho a mi padre reírse en la cocina y huelo a café recién hecho, el mejor olor por la mañana.
-¿Creías que no te levantaría, cariño?.- dice mi padre entre risas.
-Ay, papá que he soñado que me quedaba dormida.-digo. -Qué angustia.
-Anda, ven. Acabo de preparar el desayuno. Estaba a punto de llamarte.- dice.

Entro en la cocina y evidentemente mi padre tiene todo el desayuno preparado. Hay café, tostadas con jamón y aceite y un poco de fruta cortada. Miro a mi padre y le sonrío.

-Gracias, papá. Tiene todo una pinta increíble.

Mi padre me devuelve la sonrisa.

-Anda cariño, desayuna y dúchate, dentro de poco tengo que estar en la estación.

Asiento. Desayuno un poco de café y una mini tostada, tengo el estómago cerrado y no me entra nada, normalmente me pego el atracón en el desayuno. Ayudo a recoger a mi padre y me pongo manos a la obra. Me ducho, me rizo el pelo ya que tengo poco tiempo y me maquillo con un poco de rimel, polvos y colorete. Me miro al espejo y me gusta lo que veo, arreglada pero no demasiado. Me visto con un pantalón negro de pinza, una camisa blanca y unos tacones negros no muy altos ya que con mi estatura no me hacen falta demasiado grandes.

Miro el reloj del móvil y son las ocho menos cuarto. Me da tiempo de llevar a papá y tomarme un café cerca de la cafetería. Creo recordar que Carol me dijo que había una en frente de la empresa. Cojo todo lo necesario y lo meto en el bolso. Estoy lista.

En diez minutos estoy en la estación dejando a papá. Me entristece ver que se marcha pero tengo la sensación de que voy a estar bien.

-Te voy a echar de menos, papá.- digo abrazándolo. -Sé que lo he dicho mil veces pero os quiero muchísimo.

-Nosotros a ti también, pequeña. Nunca lo olvides.-dice besándome una mejilla. -Anda, vete ya a la entrevista, vas a llegar tarde.

Me despido de nuevo y me marcho. Cuándo cojo el coche unas lágrimas recorren mi rostro, me las limpio impidiendo que se me estropee el maquillaje. Me repito mil veces a mí misma que voy a estar bien y que hoy voy a tener suerte.

En quince minutos estoy aparcando el coche en el parking de la empresa. Miro el reloj y son las ocho y cuarto. Tengo tiempo de tomarme un café rápido. Cruzo la calle para llegar a la cafetería y me pido un café con leche. Me sorprende la rapidez con la que me sirven el café. Pongo el móvil en lo alto de la mesa para controlar la hora y me tomo el café sumida completamente en mis pensamientos y en los nervios que tengo. Cuándo miro el gran reloj de la cafetería veo que son las ocho y media. Me aproximo a la barra y pago el café. Salgo de la cafetería y estoy buscando el tabaco y el móvil cuándo no encuentro el segundo.

<<Mierda.>>

Empiezo a buscar por todos mis bolsillos, mi bolso y nada. Maldigo. ¿Me lo habré dejado en la cafetería? Cruzo la calle de nuevo y entro en la cafetería, miro hacia el lugar dónde estaba sentada y está ocupado por un hombre no más grande de edad que yo, vestido con un traje que da imagen de seriedad y profesionalidad.

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⏰ Última actualización: Sep 11, 2020 ⏰

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