2.

220 50 11
                                    

Recuerdo cuando Zayn y yo nos conocimos, estaba lloviendo ese día, bueno, era más como una tormenta: una lluvia torrencial. No había nadie en la calle y hacia mucho, mucho frio.


Yo estaba pegando algunos folletos sobre las nuevas clases de guitarra que comenzaría a dar. Pegué una en un poste de un parque y comenzó a caminar, llevaba paraguas e iba usando  como con mil cazadoras (está bien, estoy siendo exagerado, pero si hacía mucho frio como para usar las mil cazadoras) y aun así tenia frio, así que decidí ir a casa. Pero a la mitad del parque divise a alguien caminando; iba encorvado por el frio, con las manos en los bolsillos y el gorro de la chaqueta puesta. Corrí hacia él y le puse el paraguas encima.


El chico me miro extraño.


–no deberías estar caminando por la calle sin paraguas. Te puede dar neumonía –le sonreí cálidamente.


–uh, pues, gracias –dijo extrañado el chico.


Dimos unos pasos más sumidos en un silencio agradable para mí, pero creo que él estaba incómodo.


– ¿sabes? No tienes que acompañarme... Mi casa está cerca –me dijo unos minutos después, también mostró una sonrisa de hospitalidad pero había rastros de incomodidad.


–Para mí no hay problema —le sonreí también. Pero, obviamente, no de la misma manera que él lo hacía.


–para mí sí. Podrías ser un asesino.


Reí por su dramatismo.


–deberías conocerme antes de juzgar.


–Desde pequeño me dicen que no confié en extraños –cada vez que hablaba salía vapor por su boca.


–Me llamo Niall –le dije –listo. Ya no soy un extraño.


No sé por qué hacia todo esto; ser tan amable y servicial nunca fue lo mío, son partes en mí que todavía tengo escondidas en lo más profundo de mí. Pero siempre salían cuando estaba con Zayn, siempre eh tenido esos deseos de ayudarlo, de protegerlo (aunque es él el que me protege a mi), siempre poniendo sus necesidades sobre las mías. Muchos dicen que eso es amor.


–soy Zayn.


Comenzamos a caminar otra vez. La verdad, yo no sabía que nos habíamos detenido, estaba ocupado levantando mi puño al cielo en señal de victoria -obviamente en mi cabeza- ya que al fin sabia su nombre. Ya no éramos dos simples extraños compartiendo un paraguas en la lluvia torrencial.


Al llegar a su casa todo cambio un poco. Seguíamos fuera de su casa pero se podía ver que Zayn estaba debatiendo el mismo entre dejarme entrar o no.


–puedes entrar si quieres... ya sabes, para tomar un café y entrar en calor –dijo al fin.


Solo le sonreí y camine por el gran jardín hasta llegar a las escaleras del porche, que por alguna extraña razón me gustan tanto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 21, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Where do broken hearts go » ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora