P.o.v AdamEstaba nervioso esta noche, Frank me llamó para decirme que los dos Omegas habían aceptado venir con él, bueno al menos parte de mi plan va bien. Aunque también estoy preocupado de que Ales se vea presionado al verme. En el vestuario había una tensión horrible por mi parte, el entrenador sabía porque era pero solo suspiro.
-Adam ese chico debe ser muy especial para que estés así
-es mucho más que eso señor
-ya veo, me lo puedo imaginar tanto como para darle un sitio en el palco
-solo quería que el me viera en verdad
-claro un Omega viendo a su Alfa luchar para que sepa que es el único digno de él
-diciéndolo así es un poco primitivo
- ¿Acaso no te habías dado cuenta? Venga eres el siguiente y hoy tienes una razón de peso para ganar cada uno de los asaltos
Respire profundamente y salí de los vestuarios para dirigirme al ring, nada más salir busque a Ales hasta que lo ubique en el palco. Vi como Ales se sorprendía al verme en el ring, sonreí con arrogancia ya que él me tenía que ver altanero y triunfante. Que entendiera que yo era su Alfa, el único capaz de protegerlo a él y a nuestros cachorros. Cada vez que ganaba lo miraba, para que supiera que cada una de mis victorias eran sólo para él, pero en mi última lucha cuando lo miré el salió corriendo, parecía agotado.
No tarde ni dos segundos en buscarlo por todo el estadio, tenía que encontrarlo pues sentía una agitación en mi cuerpo.
-lo hueles aquí hay un Omega en celo
Tienes que ser él, dios tengo que llegar a donde esté antes que estos dos tipos le hagan algo. Mis piernas se movían con velocidad siguiendo el tenue rastro de aroma que había dejado Ales tras de sí. Cuando llegue al baño esos dos asquerosos estaban buscando a Ales.
Los saque del baño con un rugido, él salió del cubículo de donde se había encerrado y nada más verlo supe que estaba en celo, intenté contenerme pero sentir su cuerpo y su delicioso aroma no estaban ayudando. No se en que momento mis instintos ganaron la batalla, lo único que sentí fue una poderosa necesidad de hacerlo mío, marcarlo y que nadie más lo tocara.
Fue demasiado tarde, ya estaba resbalandome en su interior cuando la razón volvió, pero no le hice caso seguí disfrutando de su cuerpo que se entregaba a mi por completo. No voy a decir que fue algo bonito o romántico, porque no lo estaba siendo era algo más parecido al instinto animal y la necesidad.
-Adam...
-estas demasiado apretado
-es mi primera...
El pecho se me lleno con orgullo en saber que yo iba a ser su primer y último Alfa, después de mi nadie más tendría el derecho de tocarlo. Su cuerpo y el mío encajaban perfectamente, como si toda mi vida hubiera estado esperando por él. Sus gemidos eran una melodia que quería escuchar siempre, su tacto era placentero y su boca adictiva.
Pero tenía que controlarme, al menos un poco no quería anudarlo, de momento. Sentí la corriente eléctrica que recorrió mi cuerpo en el momento que su interior se apretó alrededor de mi miembro, haciendome sentir aún más caliente. No me pare seguí penetrandolo hasta que me vacíe en su interior con desespero. Pero Ales quería más, no quería parar y siendo sincero yo tampoco, necesitaba más de ese Omega que me traía loco.
-vamos...a mi casa-dije con dificultad
-sí...ire a donde tu me lleves
Le volví a colocar los pantalones, agarre su mano con decisión y lo saque de aquel baño, aun las peleas no habían terminado así que no había mucha gente en los pasillos. Fui a los vestuarios y con rapidez coji las llaves tanto del coche como de mi casa y el móvil, me olvidé hasta de la ropa pero tenía asuntos más importantes ahora, como por ejemplo un hermoso Omega pidiendo mi atención.
Conduje a mi casa con torpeza y apresuradamente, quería llegar a mi cama y hacerlo mío de tantas maneras hasta que me quedara sin aliento, deseaba que mi casa se quedara impregnada con su aroma, que cada rincón oliera a él.
Con torpeza y entre besos necesitados fuimos hasta la cama, yo me quite toda la ropa que en ese momento tenia encima, necesitaba sentir su piel y la mía juntas. Cuando iba a quitarle la camisa me detuvo, sin entenderlo mire hacia él, observando una de las imágenes más eroticas que había visto en toda mi vida. Sus ojos estaban cerrados con fuerza, sus manos temblorosas jalaban de su camisa hacia abajo, mientras que sus piernas, bañadas en líquido se retorcian entre ellas.
-no me la quites por favor
-necesito todo tu cuerpo contra el mío
-no...si lo haces...dejare de gustarte
En ese momento fue cuando me vino la realidad de frente, había estado tan controlado por mis instintos en aquel baño y aun seguía en ese estado sin importarme lo que Ales estaba sintiendo, él no quería que lo viera totalmente desnudo por su físico.
- ¿Porque ocultas tu cuerpo de mi?
-no quiero que me veas así por favor
-quítate la camisa Ales
-no...por favor
-te lo estoy pidiendo como tu Alfa...quítate esa condenada camisa o te la destrozo yo mismo
Con vergüenza se quito la camisa, desviaba la mirada y hasta parecía que estaba reteniendo sus lágrimas. Y no entiendo porque cuando yo no estaba viendo nada extraño o que me desagradara, es más me estaba encendiendo. ¿Su cuerpo no era delgado? Y que más daba, su cuerpo era perfecto, es verdad que tenía más peso que los demás Omegas que me había encontrado en mi vida, pero eso mismo era lo que me gustaba, su estrecha cintura y sus caderas más pronunciadas que le otorgaban unas curvas perfectas y contorneadas que ya desearían muchos Omegas raquíticos tener. Pero sin duda mi parte favorita de su parte frontal era su pecho, desde que lo vi quise devorarlo como so fuera un puto animal, esos pezones eran una tentación de lo más peligrosa para mi cordura. Era abultado y perfecto, redondo y firme, osea he visto gente con kilos de más, algunos más que otros y ninguno tenía ese cuerpo tan...tan...perfecto.
- ¿Te doy asco verdad?
-nada de eso
-no me mientas por favor
-acaso parece que te estoy mintiendo Ales, no tienes un cuerpo delgado y que más me da a mí, tu cuerpo es incluso más perfecto de lo que yo imaginaba por encima de tu ropa
Mis manos tocaron su cintura, sentí como temblaba bajo mis manos que lo acariciaban con adoración.
-tus curvas son hipnóticas, me encantaría perderme en ellas
-Adam...
-y tu pecho es...mira no se ni como describir la necesidad que tengo de tocarlo y lamerlo
-por favor...
-dilo...quiero escucharlo
-hazme tuyo
-escúchame Ales, tu eres mío desde el mismo momento que te vi en ese puente, eres perfecto tal y como eres, me dedicaré toda la vida a recordartelo
Así comenzó una noche que jamás podría olvidar, no sólo por el deseo o la lujuria que en ese momento nos embargada a causa del celo. No fue algo más sentimental, esa forma en la que Ales estaba entregandome todo su ser a mi y solo a mi, jamás podría olvidarla, mi vida la dedicaría a hacerlo sentir amado.
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Para mi eres perfecto
RomanceTengo demasiadas inseguridad, toda mi vida la he tenido, ver a los demás y sus cuerpos perfectos me hacen preguntarme se algún día encontraré a alguien que me vea más allá de mi físico.