Jueves 22:00 PM
Él no entendía que estaba consumido por la obsesión y la desesperación, no era el mismo hombre que días antes, ahora se la pasaba encerrado en su estudio y apenas salía para ver a Emma en las noches. Llegó al punto de abandonar completamente las sesiones con sus pacientes esa semana; su pequeña idea lo había arrastrado por un camino destructivo para sí mismo.
Alan apareció por el umbral de la puerta, su cara reflejaba cierto brillo de preocupación y desaprobación combinados, tenía esa mirada que siempre le daba cuando me estaba equivocando en algo.
-Deberías volver a atender a tus pacientes, sé que quieres ayudar a tu hija, pero ellos también te necesitan.
-Necesito tiempo, ya casi lo logro,- dijo con un poco de emoción en su tono- lo juro.
-¿Podrías recibir a tus pacientes mañana?- Hizo una pausa y como vió que el doctor no contestaba siguió.- Aunque sea solo a cinco de ellos, los que más te necesitan.
Andrew dio un largo suspiro mientras pensaba. “Tal vez si me quedo toda la noche podría atender pacientes hasta el mediodía.”
-Esta bien, solo cinco pacientes.
Alan satisfecho le brindo una sonrisa cálida antes de volver por donde vino. El Dr. Allen volvió a concentrarse en su trabajo, él lo sentía en su interior, sabía que se estaba acercando a la solución, lastimosamente no era la respuesta para su problema. Wiles había vuelto luego de diez minutos después, le hizo saber que en la mañana temprano llegarían unos pacientes, que a su punto de vista necesitaban una sesión urgente.
-¿Qué se supone que estás haciendo?
Si había algo que caracterizaba a Alan era su curiosidad y su interés por todo lo que hacía Andy. Tímidamente daba pequeños pasos e inclinaba su torso para poder espiar sobre el hombro de Allen.
-Mira la pantalla,- ordenó- este es el cerebro de Emma cuando su enfermedad está más activa. Lo que yo estoy buscando que las luces rojas disminuyan su tonalidad para llegar a un tono más amarillento. Creo que esa es la forma más fácil de explicar.
-Entiendo. ¿Cómo pretendes hacer eso?- Wiles tenía el ceño fruncido, trataba de esconder que no entendía mucho de lo que su amigo hablaba.
-Estoy usando células del cerebro de un cerebro normal y otras más de un cerebro afectado por la enfermedad. Mi meta es hacer que se parezca en lo más posible a las células sanas.
Viernes 6:00 AM
Trabajo toda la noche y se sentía satisfecho con y todo el progreso que había tenido en esas pocas horas. En sus ojos se notaba el cansancio, tenía unas ojeras iguales a las de un cadáver y su piel estaba pálida por la falta de sol. Para cualquiera que lo viera diría que estaba demacrado, ya casi no dormía, no salía más que para ver a su pequeña niña en las noches y para buscar café; en esos días el café se había convertido en su nuevo mejor amigo, era el único que a su parecer lo entendia y le ayudaba a pasar los ratos de sueño.
Aún faltaba una hora para que Alan llegara al estudio, Andrew ya podía imaginar la mirada desaprobadora de su confidente acompañada por los regaños y sermones, Allen no podía culparlo, por un momento permitió imaginar cómo serían las cosas si los roles se invirtieran, y podía concluir con que seguramente él estaría igual que su amigo.
Estaba terminando de rellenar unas jeringas con la especie de suero que había conseguido crear esa noche, aun no lo había puesto en prueba, pero estaba confiado de que iba a funcionar. Pensaba en su hijita y la sonrisa que tendría cuando ya no sea atormentada por todo eso, la satisfacción entró en su cuerpo como en especies de descargas eléctricas. El ruido de la puerta cerrándose lo distrajo de sus imaginaciones, miraba la puerta esperando que Alan entrara con su típica sonrisa media dormida de las mañanas y un vaso con un té verde.
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Actividad Delirante
NouvellesSolo es un padre que quiere ayudar a su hija. Está desesperado por encontrar una cura para la enfermedad mental que sufre su pequeña pero su idea le cuesta la vida de muchas personas e incluso la suya. Es un relato corto que trata con enfermedades...