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—¿En serio no vendrás, teme? —Preguntó Naruto con tristeza, estaba sentado en su cama mientras tenía el celular en su oreja derecha. Acaba de bañarse cuando Sasuke que llamó.

—Lo siento, se me presentaron varias cosas en el trabajo y debo ir a la empresa hermana que tenemos en China para resolver todo. —Su voz se notaba ligeramente lastimada y como si le faltase el aire, eso le preocupo a Naruto más de la cuenta.

—Puedo aplazar la boda para luego, no quisiera casarme sin ti en ella. —Propusó casi inmediatamente.

Un silencio se prolongó entre ellos, Naruto solo podía escuchar la respiración entrecortada al otro lado de la línea, sin saber si se trataba de la mala recepción o si realmente Sasuke estuviera al borde de un ataque de ansiedad.

—No hagas eso, Naru. —Escuchó un gran suspiro y algunos ruidos como si estuviera levantando cosas. —Solamente... Llámame cuando finalmente seas esposo de ese mapache.

Rió un poco ante el apodo, se sentía triste pero no podía hacer nada más, debía hacerse a la idea de casarse sin Sasuke en la ceremonia. — Tú también llámame cuando llegues allá, quiero saber que no te secuestraron o algo, ya sabes que los chinos tienen costumbres extrañas. —Sasuke soltó una risa y finalmente colgó.

Naruto se levantó de la cama y se encaminó a la salida de su hogar para que al salir, se encontrará con un pelirrojo con la mano en alto a punto de golpear la puerta.

—Estaba por tocar la puerta. —Dijo Gaara nervioso mientras se acercaba para depositar un suave beso en los labios del moreno quien sonrió por el gesto tímido a pesar de que estaban a horas del matrimonio. —Vine para llevarte al templo, ya está todo preparado. —Comentó mientras entrelazaban su mano con la de Naruto y se dirigieron al auto rojo perteneciente a Gaara.

Ya dentro, se dirigieron al templo como se había planeado; Naruto estaba más que nervioso, sus manos sudaban y sabía que Gaara también lo estaba porque parpadeaba constantemente y movía su mano izquierda con hiperactividad, sonrió internamente por ello, los dos estaban igual en estos momentos.

Al llegar al gran templo, pudo encontrarse con sus parres quienes sonreían de manera tenue al ver a su hijo bajar del coche. Corrió a abrazarlos y comenzaron a hablar rapidamente de lo que pasar a partir de hoy, que dentro de poco sería esposo de alguien y que compartiría su vida entera con él. Vió de reojo como su pareja era abrazada por Sai, un joven pintor que habían conocido hace 3 años en un parque donde esté dibujaba a las personas interesantes que pasaban y los había dibujado a ambos, al comprar su dibujo, se hicieron rápidamente amigos por la forma de ser del blondo y lentamente se ganó la confianza de Gaara, era un buen amigo, notó que también los hermanos del pelirrojo lo apretaban a más no poder entre un abrazo.

Después de que hablaran un poco más, la pareja camino dentro del templo, se miraron y se dieron una sonrisa antes de tener que entrar a cuartos separados para prepararse para la ceremonia de unión, Kushina se había ofrecido para ayudarlo a ponerse su kimono por lo que ahí se encontraba a su lado sujetándole la mano y se miraban al espejo.

—Ay, mi vida, quién diría que te casaras en unos minutos. —Dijo nostálgica, unas lágrimas aparecieron al borde de sus ojos pero las limpio rápidamente para no arruinar su maquillaje. —¿Cómo te sientes?

—A punto de vomitar. —Soltó una risa característica de él. —Estoy feliz por casarme y un poco triste por-

—¿Por qué Sasuke no vino, no? —Interrumpió sabiamente Kushina al momento que tomaba el fino peine para comenzar a cepillar su cabello. Naruto asintió. —Sé lo mucho que quieres a Sasuke, hijo, soy tu madre después de todo.

Naruto se sintió extraño, pareciera que su madre quería decirle algo más pero no se animaba a hacerlo.

—Espero seas muy feliz al lado de Gaara.

Naruto correspondió con una sonrisa. Después de aquella conversación, Kushina intento convencerlo de usar un poco de maquillaje para verse mejor pero Naruto se nego rotundamente, nunca le habia gustado sentir algo encima de su rostro así que la pelirroja tuvo que rendirse para solamente ponerle algunas cremas en el rostro.

Había llegado el momento de ponerse su kimono así que de forma tímida, le pidió a su madre que saliera del cuarto para darle tiempo de ponerse la prenda y ella asintió para después salir; al escuchar que la puerta era cerrada, dejo salir un suspiro y fue poniéndose un kimono azul cielo con finas líneas blancas que formaban dragones tradicionales y nubes, luego se puso un listón de igual color que los dibujos alrededor de su cintura y lo amarro en un moño en la parte de atrás, al final, solo faltaban los zapatos de madera que le correspondían y se los puso, los sentía un poco flojos pero pensó que no pasaría nada, de todas formas solo los usaría por un momento. Se miró al espejo y supuso que debía mostrarse feliz, por lo que sonrió forzadamente y subió a un escalón medianamente alto para poder verse con mayor detalle, todo iba bien hasta que notó que le había faltado quitarse el collar que Sasuke le había regalado en sus años de preparatoria como símbolo de amistad según Naruto. Lo miró atentamente, debía quitárselo para ponerse el que Gaara le había obsequiado el día de su compromiso pero se sintió culpable por ello, quizás se debía a que nunca se había quitado aquel adorno desde que salieron de preparatoria.

Giró su cabeza a la derecha para ver la pequeña mesa de madera, dirigió sus manos al collar para comenzar a quitarseló pero cuando quiso dar media vuelta para bajar del escalón, el zapato de madera se fue de lado abruptamente haciendo que su pie se doblara de forma dolorosa y terminó por perder el equilibrio totalmente, aún con el collar en mano cayó de espaldas al suelo, sin poder poner sus manos para impedir el impacto, solo sintió un agudo dolor en su cabeza para terminar por ver solo oscuridad, perdiendo los sentidos rápidamente mientras apretaba inconscientemente el collar de Sasuke en su mano.

Regresando al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora