El día estaba soleado, lo cual no es para nada extraño, que se podría esperar de Newville, un pequeño pueblo ubicado en el condado de Barton de Kansas, había decidido venir un fin de semana para ver a mi familia, mi limitada familia, extrañaba el campo ya que no es para nada fácil adaptarse de la noche a la mañana a Nueva York, hace 2 años que me había ido por la universidad, ya que gracias a mis esfuerzos y el apoyo de papá y mis hermanos lo había logrado, ellos querían que yo estuviera bien preparada para la vida, y que mejor que la prestigiosa universidad de Nueva York, la gran ciudad.
- ¿En que piensas hija? - preguntó papá apareciendo a mi lado, un hombre que a sus 45 años había sufrido lo suficiente como para no volver a sonreír, aún sigue siendo un misterio para mi el como es que se podía seguir viendo lleno de vida y alegría.
- En la universidad y eso.. - hablé dejando las palabras en el aire para girarme a verlo
- Ella estaría orgullosa - mirando al cielo me respondió, podía ver en su mirada como se combinaban los sentimientos de tristeza y felicidad -, ya te dije que su sueño era terminar sus estudios...pero, creo que estaría orgullosa de que su hija si lo logrará - me dio una de sus sonrisas amorosas mientras pasaba su brazo por mis hombros.
Amelia Cox de Stevens, una mujer tan hermosa físicamente como en su ser, papá siempre nos hablaba sobre la maravillosa persona que fue, el como podía iluminar un lugar entero con solo su presencia, el sueño de mamá era ser maestra, pero ella se embarazó al terminar la secundaria, haciendo que no pudiera ingresar a la universidad, mi papá amaba tanto a mamá que como una verdadera pareja el estuvo a su lado en cada momento, y por su parte respetaría cualquiera que fuera la decisión de mi mamá, ya que sabia que la que debía tener la última palabra con relación a ese embarazo era solo y únicamente mamá, y al final, ella decidió que quería seguir con su embarazo, con el paso del tiempo mis padres fueron teniendo una buena estabilidad económica, en parte gracias a que mis abuelos le dejaron como herencia la granja a papá, todo iba muy bien, pero papá no quería que mamá se quedara con el deseo de ser maestra, así que hizo todo lo posible para hacer que ella tuviera el tiempo necesario para estudiar e ir a la universidad, pero cuando estaba a mitad de la carrera, su salud se complicó en medio del parto y ella no lo resistió.
- Me hubiera gustado tanto conocerla - dije agachando la cabeza
- ¿Quieres verla? - preguntó sonriente
- No por fotos - dije mirándolo
- No por fotos - aseguró sonriendo, yo lo mire dándole a entender que continuara - Mirate al espejo... y ahí la verás
- ¿Soy parecida a ella? - pregunte mientras ponía mi cabeza en su hombro
- Por supuesto - aseguró como si lo que acababa de preguntar fuera tonto - Jo, cada vez que te veo la veo a ella.
- Gracias papi - dije abrazándolo
Estuvimos un rato así, mirando a la nada mientras estabamos abrazados y el pasaba su mano sobre mi cabello, eso era algo que extrañaba, a su lado me siento protegida y más querida de lo que alguien podría merecer, y es que mi papá era mi lugar seguro, era la persona a la que podría recurrir a las 3 de la madrugada llorando debido a que sentía que la ciudad era demasiado grande para mi, y que después de decirme las palabras más hermosas de consuelo y aliento, en la tarde aparecería en la puerta de mi departamento para darme un fuerte abrazo y hacerme creer que estaba preparada para la vida.
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Un ángel en Nueva York
Teen FictionDos personas demasiado diferentes. Él, sufrió un accidente que terminaría cambiando su forma de vida y de ser. Ella, su madre falleció al darla a luz, pero aún así se mantiene con una sonrisa que la ayuda a salir adelante. Uno de la gran ciudad y el...