Viajaba en el coletivo, con cara de que le iba a pegar a alguien en cualquier momento, parado en la parte trasera, iba hacia su trabajo.
Eran las 7 de la mañana y los chicos estaban yendo a la escuela. El transporte iba demasiado lleno.
El conjunto de olores, más el movimiento insesante y la fuerza que ejercía para no caerse, se sentía un poco mareado.
Se bajó en su parada, y junto con su mochila, se dirigió al estudio que compartía con su amigo Italia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Subió unas escaleras y abrió la puerta de madera, del otro lado, estaba su amigo sentado en el escritorio. Llevaba puesta una camisa color amarilla, junto con unos jeans. Unos lentes, posaban sobre su nariz. Tenía el ceño fruncido y parecía estar tan concentrado, que no notó la presencia del sudamericano.
Agarró su mochila y la apoyó sobre una silla. Al lado había una planta de tamaño bastante grande. Junto al escritorio, un armario cerrado, que contenía, pinturas, lienzos y materiales a la mano.
Italia y Argentina, eran profesores de arte, daban clases, lo usaban de forma recreativa y les venía bien tener ingresos, disfrutaban de eso asi que se la pasaban de maravilla.
Quizás Argentina no tanto, él quería ser reconocido, que sus pinturas sean vistas por gente que sepa apreciar una buena obra, que especialistas lo halaguen....
En cambio, el europeo era todo lo contrario, la idea de llevar una vida tranquila le parecía deslumbrante.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tenían 4 alumnos. Dos estaban muy esmerados en aprender, los otros dos, lo tomaban más como un descanso.
_¿No vino nadie todavía?
El tricolor pegó un salto y casi se le caen los lentes, lo miró con enojo y suspiró.
_No...
_¿Que haces?
_Mira_ levantó la hoja y se la mostró, era un boceto de una estatua femenina.
Se la agarró y la miró con detalle.
_Está muy bueno, ¿me dejas usarlo para el trabajo de Colombia de hoy?
Lo miró durante unos segundos, dudoso, pero terminó aceptando.
Tocaron la puerta, y unos minutos después, uno de sus alumnos ingresaba al estudio, para tener una de sus clases.
