Garden Of Sinners [X1]

Jardín II: KAZINO I/II [Seungyoun&Hangyul]

La personalidad de Cho Seungyoun siempre había sido retorcida.

Esto no se debía a que tuvo una mala familia o porque sufrió dificultades mientras crecía; aunque sus Padres eran personas de carácter frío, nunca sintió que no era amado, y tenían una buena relación. Tuvo una infancia agradable y con recursos de sobra.

Si la personalidad de Seungyoun era retorcida, no se debía a tristes o traumaticos sucesos del pasado; era porque se aburría con facilidad.

Por ejemplo: ¿Esa nueva consola de videojuegos de la que todos hablaban?

—¡Seungyoun-ah! ¡Tu Padre te obsequió esta consola de videojuegos hace una semana! ¿por qué la estás tirando a la basura?

—Duh, aburrido.

¿Las clases particulares de guitarra que tanto insistió en tomar?

—¡Sólo han sido tres lecciones, no puedes dejarlo! ¿crees que el dinero crece en los árboles?

—Duh, aburrido.

¿Esa serie animada que estuvo de moda todo el año?

—Duh, estuvo tan aburrida que creí que moriría.

—¡Sólo viste dos capítulos!

Ah~

Tan aburrido.

Una tarde a los ocho años, mientras Seungyoun volvía a casa decepcionado porque sus amigos aún estaban obsesionados con ese juego en línea en el cibercafé, compró un helado y se sentó en el columpio de un parque.

Una niña fastidiosa se le acercó para hacer un sinnúmero de preguntas tontas, Seungyoun estaba harto de escucharla. Su mirada indiferente se posó en las trenzas largas y anticuadas de la niña, entonces tuvo un fuerte impulso y tiró de una de ellas con fuerza.

La niña soltó un alarido y empezó a llorar.

Mientras el rostro de ella se volvía rojo y la humedad cubría de forma asquerosa su regordeta cara, la sonrisa de Seungyoun fue brillante y aplaudió de buen humor.

Desde entonces, sólo hubo algo de lo que jamás se aburría: Hacer llorar a otros.

Era encantador.

Cada persona tenía una forma diferente de llorar; algunos arrugaban las cejas y se veían horribles, pero otros lloraban silenciosamente con una expresión en blanco.

Algunos sollozaban ruidosamente, otros se contenían hasta que las venas de su sien parecían a punto de estallar. Era una gran variedad de expresiones.

Así que a la edad de dieciséis, Cho Seungyoun era un reconocido bully, uno de los peores. Su pequeña pandilla consistía de otros chicos que participaban del acoso escolar simplemente porque les gustaba la ilusión de imponer respeto y poder, otros que lo hacían por dinero, y otros para desahogar el estrés y la ira acumulada por sus situaciones familiares