NO TE ENAMORES; C.R.O TERMINADA

005

Tomás

Por fin paz.

Ya estaba en lo de mi vieja, llegó hace 3 días los cuales no pudieron ser mejores por que no daba el tiempo.

Por fin no tenía a Juliana corriendo por la casa, ni a Juanma diciendo pelotudeces, ni a a Roman llorando por toda la casa.

Solo estábamos mi vieja, Joaco y yo.

Me desperté a tomar mates con mi vieja a eso de las 7 a.m.

Entré a la cocina y se sentía una paz increíble, justo lo que necesitaba y tanto extrañaba.

Puse la pava y después preparé el mate.
Se escuchó la puerta abrirse, dando a entender que mi vieja había llegado con las facturas.

Joaco seguía durmiendo, en su pieza.

Si bien, amaba esto, iba extrañar ver a Sofia.
Habíamos pegado amistad en cuatro días que me quedé en la casa de mi viejo.

Me senté en la mesa mientras hablábamos mi vieja y yo.

—Y cómo está todo por Buenos Aires?— sus ojos se iluminaron al hablar de aquella ciudad

—Es lindo ma, pero la fama me tiene un poco cansado, por eso vine, aparte que ya extraño el barrio y la familia— y era verdad, la fama aveces te juega en contra

—Igual aquí serás recibido siempre Tomi— pausó— Joaco ya extrañaba a su hermano mayor

Sonreí sin mostrar los dientes, me causó ternura el hecho. Nunca fui un hermano mayor presente, la mayor parte de la vida de Joaco, yo estuve en Buenos Aires,

—Me alegra también ver al pendejo, ya es re grande

—Y si, los años se pasan volando— se levantó de su asiento para buscar algo en un cajón— mira, son unas letras que dejaste aquí antes de irte— me entregó las hojas con las canciones

—No— dije alargando la última letra— es re viejo esto ma

—Sii tomi, recuerdo que me preguntaste que si eran buenas— soltó una risa— y estaría bueno que las saques pronto

—Intentaré hacerles arreglos— si bien eran buenas como estaban, siempre  se podía mejorar

Entró Joaco a la cocina refregando sus ojos y soltando un bostezo bastante sonoro.

—Buen dia— dijo sentándose a mi lado

—Como estás Joa?– pregunté

—Bien Tomi, ¿queres jugar conmigo?— preguntó

—Pero si recién son las siete— dije riendo

—E' verda'— hizo puchero ante mi comentario— ¿y por la tarde?

—Bueno, me parece bien— finalice

Hoy tenía pensado ir a visitar algunos pibes con los que nos juntábamos mis amigos y yo antes de irnos de aquí.

Agarré mi campera y antes de salir me la puse.

Iba caminando hacía la casa de uno de ellos, un mensaje interrumpió mi camino.

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