✧【Introducción】✧

15.4K 1.2K 1K
                                    

Observó con detención la altura en la que se encuentra. No tiene para él gran problema saltar desde aquí, pero... ¿Si Cheng? Oh, puede escuchar cómo una de sus piernas se rompe en su cabeza.

Devuelve la vista al rubio esperando por su turno. Habían escapado por el patio y ahora esa reja los dividía de las calles de Seúl. Suena a que describe una cárcel, pero en realidad el último año del instituto no significa mucho eso, ni se asemeja. Conociendo los problemas de allí afuera preferiría quedarse adentro, pero nació siendo necio y alguien lo esperaba tras estos muros de concreto.

— ¿Ya puedo? — Preguntó el rubio enrollando el dedo índice en el saco de lana.

— Si Cheng, nunca me acompañas, ¿Por qué ahora sí? — Interrogó al menor y éste se encogió en su lugar haciendo un puchero.

— Hoy no asistió el profesor de japonés. — Chilló entristecido— ¡Jamás me dejas ir contigo! Y siempre te consiento escapar del colegio, no seas malo JaeHyun.

Soltó un suspiro molesto.

Dong Si Cheng o mejor apodado: WinWin. Llevaba una relación en secreto con el profesor Nakamoto desde hacía casi un año. Se podría decir que YoonOh los envidiaba, pero en lo que a él respecta, las relaciones personales son un asco; más las prohibidas.

— Bueno, pero en silencio. — Lo subió con una mano y escaló torpemente hasta llegar a lo alto. — Ahora salta— Pidió.

— ¿Sa... Saltar? — tartamudeó asustado, era tanto el temblor de su cuerpo que la cerca se movía— ¿Tengo que saltar?

— Winnie, ¿Eres tan tonto como para creer que mágicamente aparecemos abajo? Tienes que saltar, sí, corazón.

Hablar con él era sumamente complicado algunas veces. Si Cheng era alto, rubio, de piel blanca tirando un poco a morena, contextura delgada y labios rojos y carnosos... El mayor se sorprendía de sí mismo al tenerlo a su lado. Era un buen mejor amigo y por fuera de su físico, Si Cheng desprendía un aura de ternura y confianza impresionante logrando así convertirse en la única persona con la cual no tenía secretos ni ataduras. Él sabía la verdad absoluta del castaño y pese a eso jamás lo juzgó, ni siquiera cuando hacía las cosas terriblemente mal.

Sí, era un ejemplo de mala conducta y no se enorgullecía al decirlo, pero tampoco era para tanto. Le daba ciertamente igual lo que pasara a su alrededor, jamás se involucró demasiado con las personas a excepción de unas cuantas.

¿Amigos? Los necesarios, apenas tres. Sin embargo, todo el instituto conocía su nombre y algunas se lo pensarían dos veces para meterse con el chico, pero eso ya era cruzar la línea. No hacer caso no era sinónimo de ser mujeriego, lo opuesto.

Conoció a Si Cheng hace dos años. Sus padres fallecieron cuando tenía quince y ahora, con diecisiete y ningún sentido del amor no encontraba específicamente dónde estar cómodo sino a solas consigo mismo.

Quedó a cargo de su medio hermano mayor, John Seo. Su madre tuvo una aventura antes de su padre y de ahí nació el alto y adinerado Johnny, como se hacía llamar. Tiempo después fue a vivir con su progenitor y se quedó en Chicago hasta que ocurrió el accidente.

Tenía recuerdos borrosos de aquella época. Solamente pequeños diamantes incrustados, nada fuera de lo normal. Lo cierto es que odiaba vivir con él y lo odiaba más por haberse enamorado de DoYoung.

— Jóvenes Jung y Dong, ¿Puedo saber qué demonios hacen ahí arriba? — Interrogó la demandante voz del director Park ChanYeol.

Dio media vuelta y Si Cheng amagó para llorar, pero YoonOh negó enseguida, tomando el mentón del contrario entre su mano.

— No llores, está bien. — Tranquilizó al menor y él dio un respingo.

Bajaron con cuidado para encontrarse al imponente gigante en frente de ellos, con las manos sobre la cintura y sus extrañas orejas. A Jung le gustaban, le daban un toque adorable.

— No les diré nada, pero Jung, procure no arrastrar a Si Cheng, no lo merece. — Frotó su frente irritado.

— ¡Él no me arrastró! ¡Yo quise venir, director Park! Yo...— El de mechones chocolate pausó sus quejas.

— Déjalo, WinWin. Mejor vámonos a clase. — Avanzó y sonrió amable a ChanYeol.

Era una buena persona, tanto que ya ni siquiera le llamaba la atención por esa clase de cosas.

— Hay un nuevo profesor, les dictará literatura y estará con nosotros el resto del año. — Declaró siguiéndolos— Jung, no hace falta pedirle que se comporte, la señorita YeRim renunció por su culpa. Téngale paciencia, por favor.

Excelente, el director pidiéndole a un estudiante que tenga piedad.

Abrió la puerta del salón y los ojos cayeron sobre él, WinWin abrió paso y se sentó. Iban siempre detrás de Mark y su querido novio DongHyuck. Habían iniciado con esa relación este año, lo cual fue complicado debido a que eran simultáneamente mejores amigos.

Ni siquiera se fijó en lo demás, saludó pacíficamente a los chicos y dejó caer su anatomía sobre la mesa. Estaba estresado por no haber conseguido el escape como lo planeó.

— Buenos días, señor Jung YoonOh. — Carraspeó el docente.

Alzó un poco la vista maravillándose con la dulzura que tenía en frente.

Alto (No más que él) De tez blanca, mandíbula afilada, labios rosados y delgados, ojos cafés casi negros y sonrisa estúpidamente perfecta; un Dios griego se le quedaría corto.

En sus manos se marcaban las venas como si un mapa se tratase, algún camino oculto que lo incitaba a seguirlo. Llevaba una cicatriz en la parte inferior del ojo, pero era extrañamente encantadora.

La ropa ajustada se acentuaba en su cintura y juró que podría ser modelo o algo parecido. Como un arma mortal su suéter no cubría sus clavículas y creyó que morir marcándolas sería el pacer divino.

Jodido hijo de puta...

— JaeHyun está bien. — Corrigió incorporándose.

— Oh, sensacional, señor Jung. — Repitió sacándolo de sus casillas. — Soy Lee TaeYong y desde hoy seré su profesor de literatura, como supongo ya informó el director Park.

El nombrado se mordía las uñas de los dedos con nerviosismo desde la entrada, probablemente esperando algo bueno por parte de YoonOh.

Era una pena que siempre resultara siendo decepcionante...

— No pregunté, porque no me interesa. Ahora, si me disculpa, tomaré una siesta. — Anunció recostándose.

Desafortunadamente para ellos y afortunadamente para Jae... Nada ni nadie podría cambiarlo.

O eso pensaba.

𝐏𝐑𝐎𝐅𝐄𝐒𝐎𝐑 𝐋𝐄𝐄 ✧【JaeYong】✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora