𝐏𝐑𝐎𝐅𝐄𝐒𝐎𝐑 𝐋𝐄𝐄 ✧【JaeYong】✧

✧【1】✧

— Jae, despierta. — La suave mano de WinWin lo sacudió lentamente. — La clase terminó. ¿Me acompañas?

Se incorporó rascando sus ojos. No había sido buena idea pasar la noche anterior en vela con los tontos proyectos de la oficina.

— Bien, pero porque allí dejé mi chaqueta. — Frunció el ceño notando el ruido.

— Ya nos íbamos, el profesor Lee está en la puerta— Informó leyéndole los pensamientos.

Tomó sus pertenencias y caminó a pasos pesados, con unas ojeras inmensas y sin mucho ánimo.

— Señor Jung, la próxima vez que se duerma no seré tan permisivo. — El profesor lo hizo girar sobre los talones.

— ¿Y usted quién demonios se...? — Si Cheng lo golpeó analizándolo seriamente. — Lo siento, no volverá a pasar. — Rodó los ojos con molestia y él se carcajeó.

Se veía precioso.

— Me alegra que su novio lo ayude a mejorar.

— WinWin es mi mejor amigo. Él tiene a su respectiva pareja— Lo frenó asqueado

— Oh, ¿WinWinnie? — Preguntó asombrado— El señor Nakamoto me ha hablado mucho de ti. — Le guiñó un ojo

Seguía siendo estúpidamente perfecto. Detestablemente encantador.

Caminaron hasta el departamento del rubio y YoonOh sonreía al notarlo feliz. Estaba al corriente de que su primer aniversario con el japonés se acercaba y le entusiasmaba la idea de pasarlo junto a este. En parte era un punto a favor que toda su familia se encontrara en China, por lo que vivir solo a una temprana edad le era natural.

Abrió la puerta y corrió a los brazos de su novio cuando por sorpresa notó que había estado allí esperándolo.

— Pensé en ir por ti, pero ya sabes...— Si Cheng puchereó como respuesta

— No te preocupes, bonito.

YoonOh terminó de quitarse los zapatos y dejó el bolso en el suelo, pasando directamente a la habitación de Si Cheng tomando la prenda que necesitaba.

— Buen día, Yuta. — Lo saludó de pasada abriendo el refrigerador— Por poco se muere sin ti.

La confianza entre los dos había aumentado. En un inicio fue complicado para él encontrarlos a ambos besándose en el sofá de la sala, su primera reacción fue amenazar a muerte al profesor, cerciorándose de que si le hacía daño a WinWin pagaría caro. Prometió guardar el secreto y soportar el enojo que le causó que su propio mejor amigo le ocultara algo así de importante. Pero no pudo durar en esa tónica al ver los ojitos aguados del rubio tierno que abrazaba a Nakamoto como un koala.

— Incluso intentó escaparse para verte. — Completó bebiendo jugo.

— Dong Si Cheng, ¿Quieres explicarme eso? — Inspeccionó al pequeño y YoonOh se burló, satisfecho.

Supuso que vendría una noche de sexo y castigos para el menor.

— Como sea, los dejo. Tengo una cita pendiente. — Se despidió.

— Salúdame a JaeMin, dile que lo echo de menos. — Si Cheng besó su mejilla y esperó a que estuviera lejos para continuar con su ronda de mimos con el contrario.

Había tardes donde verdaderamente odiaba llegar al hogar. Prefería pasársela leyendo en la biblioteca o fumando algún cigarrillo barato, aunque procuraba no hacer esto último. Sabía cuánto le desagradaba a JaeMin sentir ese aroma.

Sacó las llaves e ingresó en la grande y moderna mansión. Esto era lo único a favor de tener un hermano mayor abogado y la herencia de sus padres en poder, en especial la empresa de su progenitor.