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Ignorando mi buen juicio me encuentro escribiendo de tí, nuevamente. A tu memoria y a tus dulces recuerdos. Me hechizaste con tu infortunio y desde entonces no he podido salir del martirio de amarte.

No importan las veces que me ruegue a mi misma soltarte, lo lamento, no consigo olvidarte. Lo que más me aterroriza es el hecho de no poder hacerlo nunca porque entonces, me veré en la pésima condición de sufrir tu amor en la bonanza de mis escritos.

Sigo preguntándome como es que con incompleta sutileza has conseguido soltarme, como es que con tanta facilidad alguien más se ha encargado de llenar el espacio en tu corazón que decías me correspondía.

Me lo pregunto todas las noches mientras veo tu foto, la única que deje intacta desde que te dejé marchar.
Me lo pregunto mirándote a ti y a mis ojos somnolientos de este cuento de nunca acabar.

Me lo pregunto y lo haré esta noche también y las otras más que pasaré sin ti.

¿Eres feliz desde que nuestros caminos y corazones se separaron?
¿Eres feliz con sus labios en los tuyos y con su cuerpo encantado?
¿Eres feliz aún cuando me susurraste no saber si lo podías ser después de mí?
Solo déjame saber esto, querido mío;
Realmente, ¿eres feliz?

SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora