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Otra noche más en la que te soñé. Fue como si tu cálido abrazo haya permanecido en mi piel hasta despertarme, siento aún tus labios húmedos posarse en mi mejilla sonriente porque estabas a mi lado.
Aunque todo termina en sueños, ilusiones y esperanzas rotas debo de reconocer que incluso en la ausencia de tus ojos castaños haces vibrar este corazón que aún extraña tu peculiar forma de reír. En ocasiones, te echo de menos y en otras tantas ya no te recuerdo con ansias. Agradezco a Dios el que me esté ayudando a sacarte de mis pensamientos y a salvarte de la calamidad que tendrías al estar conmigo, la felicidad y yo no podemos andar caminando de la mano, creo que estás mucho mejor en la lejanía aunque te quiera de más.
Me ha costado mucho acostumbrarme a la realidad, habíamos sido felices en nuestro momento, pero era hora de despedirme de ti y de la parte de mi que te entregue con gran aprecio. Aunque ya no puedas florecer en mi primavera, harás un jardín mucho más hermoso en una vida alejada de mis desastres. No deseo oovidarte, deseo que llenes de euforia tu existencia en la distancia de mi apego hacia tu presencia.
Ha sido un proceso largo pero estoy aprendiendo a dejarte ir.
Un abrazo.

SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora