carta sin nombrar 5

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Tú nombre, el mío, el nuestro
¿cuándo dejo de sonar igual?
me miro en el espejo y no me veo
no reconozco el daño que me he impartido
cuál juego de azar, la suerte habló
y como siempre todo a mal cayó.

Para mí, para ti, para nosotras.
Una vela encendida, intentando
alumbrar una habitación llena de caos y obscuridad
la vela se consume,
cómo nuestras energías
la vela muere y de nuevo otra luz
intenta revivir
pero no hay más acción
que pueda detener la consecuencia.

El dolor se extiende
siembra sus flores
en otro jardín que solo observé.

Y de nuevo todo gira
se disuelve
y vuelve a empezar.

Solo que esta vez
la soga
en mi cuello está.

sepelio de dopamina ─ 𝗽𝗼𝗲𝘀𝗶𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora