Estamos en una de las tantas fiestas a las que he acompañado a mi mejor amigo Sebastian Stan, se encuentra en la ciudad promocionando su ultima película y ha insistido en que vaya con el a toda cuanta celebración tiene, me hace reír constantemente con sus bromas y acepto felizmente su compañía.
- Estás hermosa hoy.
Sonrío genuinamente ante su halago.
- Es lindo verte sonreir - dice y se lleva a los labios el trago que tiene en sus manos.
- Gracias por invitarme aqui Seb.
- Eres mi mejor amiga, te amo demasiado y no quiero verte sufrir por el idiota de Evans.
- Oye, no te preocupes por eso ¿Acaso me ves sufriendo?
- Si te diria que Evans viene haciendo entrada en este momento ¿Que sentirías ?
No puedo negar que siento como si un pequeño hielo bajara por mi garganta hasta mi estómago sólo de imaginármelo, pero de inmediato me compongo.
- No me mientas... - los ojos azules de mi amigo me miran fijamente.
- Verlo de frente seria fatal, no puedo mentir, pero no te preocupes, lo que el me causaba ya se borro, se fue.
El rumano me mira con una ceja levantada.
- Para serte honesto yo tampoco quisiera verlo, creo que le partiria esos dientes perfectos.
Me hace sonreír, sé que no sería capaz de hacer tal cosa.
- Voy a saludar a Elizabeth ¿Vienes?
- No, anda, yo voy por un trago de esos - le digo señalando su vaso, me guiña un ojo y se retira.
Luego de conseguir un rico mojito cubano me retiro hacia la terraza, disfruto de la templada brisa de Los Angeles y mi mente sin poderlo evitar recuerdan el momento en que hace unas semanas atras Chris termino conmigo, algo totalmente inesperado, recuerdo que sentí como si el piso debajo de mis pies se hacía pedazos, y que me arrojaban un balde de agua fría.
*Flasback*
- Diana, perdona, pero lo nuestro no esta funcionando, estar tanto tiempo separados ha hecho efecto.
- Disculpa Chris no estoy entendiendo, las separaciones son por tus viajes, yo siempre estoy en el mismo lugar, eres tú quien se rehúsa a hacer una vida en Los Angeles.
Suspira profundamente mirando al suelo.
- Lo sé, no quiero mudarme aquí, ésta ciudad me hace sentir incomodo.
- Vaya, no sabia que te sentias asi conmigo.
- No, no, al contrario, tú eres quien le da equilibrio a mi vida aquí, pero no quiero ser injusto contigo, no te estoy dando lo que te mereces, perdona, no eres tú, soy yo.
- No puedo creer que uses esa excusa Christopher - me es inevitable decir su nombre completo cuando estoy molesta con el.
- No es ninguna excusa preciosa, es la verdad, no quiero herirte.
- Es un poco tarde para eso ¿no crees?
- Perdona - toma mis manos y rechazo su roce, me levanto de allí y contengo mis lagrimas.