Capítulo 11 La pesadilla

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Pato bajó a la cocina y saludó a su hermano y a Flor pero por más que trataba de fingir que todo está bien, no podía. Estuvo toda la tarde encerrada en su cuarto, nada podía hacer que se sacara la sensación de sentir los labios de Antonio recorriendo su cara y cuello.
Cuando sintió que llegó su mamá, fue a su cuarto, y ahí estaba Antonio que la miró de tal forma que un escalofrío recorrió su espalda.
Pato: Mamá, ¿Puedo hablar con vos?
Diana: No, después, vengo cansada. Quiero comer, darme una ducha y después hablamos
Pato: Mamá por favor - insistió
Diana: Dije después
Antonio: Pero amor. Quizás Patito tiene algo importante que decirte,  por eso la insistencia
Diana: Esta bien - dijo resignada - Voy a tu cuarto en seguida. Me cambio, me pongo cómoda y voy

Pato volvió a su cuarto, tenía claro que no podía decir nada de lo que había pasado con Antonio, pero sí podía intentar otra cosa.
Diana: Bueno, ¿Que querés?
Pato: No quiero vivir bajo el mismo techo que Antonio
Diana: ¿Por qué? ¿Qué tenés contra él?
Pato: No nos gusta, ni a mi, ni a mis hermanos. Aparte se aprovecha de vos, ni trabaja y viene acá y se hace el dueño de todo
Diana: Olvidate que lo voy a echar de la casa por eso. El pobre no tiene donde ir y vos lo querés echar a la calle
Pato: Es un pobre tipo, esta casa también es de mis hermanos y mía. ¡tenemos opinión!
Diana: Antonio se va a quedar acá y se acabó. - Bajó la cabeza resignada - che, estas más gorda, vas a tener que cuidar tu alimentación o seguirás subiendo de peso.

Diana salió del cuarto y Pato se quedó tirada en su cama. Definitivamente, hoy era uno de los peores días de mi vida.
Nadia: Pato. ¿Por qué lloras? - levantó la vista y Nadia la miraba triste.
Pato: No pasa nada Pulguita - trató de sonreirle - ¿Me das un abrazo fuerte fuerte?
Nadia: Sii - Nadia se tiró a su cuello, la abrazó y así se quedaron un tiempo. Con tal que a ella y a Nacho no le pasara nada Pato podía aguantar todo
Pato: Enana, prometeme que si alguien algún día te hace algo, vos me lo dirás. Aunque te amenacen, nadie puede hacer con vos algo que vos no quieras. ¿Si?
Nadia: Te lo prometo
Pato: Nunca dejes que nadie te obligue a hacer algo que no quieras
Nadia: Esta bien
Pato: Te amo tanto
Nadia: Yo igual te amo mucho

Después de esa mini charla con Nadia, ella se fue a su cuarto y Pato se quedó mirando en el espejo. Se levantó un poco la remera para ver su panza, las palabras de su mamá le daban vueltas por la cabeza. ¿Estaré más gorda? - pensaba

Antonio: Mirá lo que sos - Se dió vuelta rápidamente y vió a Antonio mirándola detenidamente
Pato: Salí de mi cuarto
Antonio: ¿Por qué me provocas tanto muñequita?
Pato: Andate o grito
Antonio: Para pendeja - le tomó fuertemente de la cara - más te vale que no abras la boca o si no tus hermanos se irán con Titán
Pato: De Titán no hables
Antonio: Te lo advierto.

Al día siguiente, en el colegio estaba totalmente distraída, no podía pensar en otra cosa que no fuera lo de Antonio. Así que estaba sentada mirando un punto fijo cuando alguien le tocó el hombro.

Pato: ¿Qué pasa? - preguntó sobresaltada
Roña: A vos que te pasa, estas en la luna
Pato: Nada - sonrió - Solo tengo un poco de sueño
Roña: Che, Saverio los invitó a almorzar hoy, a vos y los enanos
Pato: Buenísimo
Roña: Voy a comprar algo para comer, ¿Queres venir?
Pato: Anda vos, te espero acá - Roña se fue y Pato siguió en lo suyo, estaba escribiendo un nueva canción cuando le habló Marcos.
Marcos: Pato, ¿Te acordas que me debes una?
Pato: Sí, ¿Me la vas a cobrar ahora?
Marcos: En verdad quería pedirte un favor. Resulta que mañana tengo una reunión familiar en lo de mis abuelos, y me gustaría que me acompañaras porque me dijeron que podía llevar amigos y vos viste que no tengo
Pato: Me encantaría, pero debo cuidar a mis hermanos
Marcos: Pero pueden ir, yo tengo una hermanita de 7 años y esta mi prima Cata. Por favor - Juntó las manos como si rezara y ante su insistencia, Pato accedió.
Pato: Esta bien, te acompaño
Marcos: Gracias, sos una ídola.

La mañana siguió pasando muy lentamente y como Pato seguía en la luna se tuvo que comer varios regaños de los profesores por no prestar atención. Cuando terminaron la clases, se fue junto a sus hermanos y los chicos al hogar. Georgie, al llegar al hogar, le contaba una y otra vez que había hecho un trabajo práctico con Tomás pero Pato por más que intentaba dejar de pensar en Antonio, no podía.

Belén: Pato, ¿Puedo hablar con vos? - Le habló Belén
Pato: Voy - dijo un poco extrañada. Y ambas fueron hasta el desván
Belén: ¿Esta todo bien? - preguntó mirándola a los ojos
Pato: Sí - mintió desviando la mirada  - ¿Por qué lo preguntas?
Belén: Porque tenes los ojitos tristes y una mirada asustada.
Pato: No pasa nada Belu - Quería contarle pero su miedo a que le hicieran algo a sus hermanos, era más grande
Belén: Aunque vos no seas del hogar, yo te quiero mucho y quiero que sepas que siempre puedes contar conmigo
Pato: Gracias Belén, yo igual te quiero mucho
Belén: ¿Vamos a comer? Saverio ya debe tener listo el almuerzo - La abrazó y bajaron a donde estaban todos listos para comer.

Novela Bato "A pesar de todo" [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora