TOSKA |YoonMin| Omegaverse

Prólogo

El bonito anillo de oro resplandecía en su dedo anular izquierdo confirmando su unión con aquel apuesto alfa. Hace exactamente 2 años había cambiado su apellido Park por Lee y no podía estar más feliz con su esposo. Habían sido novios por años y en cuanto el mayor terminó la universidad se unieron en sagrado matrimonio.

Jimin había asegurado su futuro y el de toda su familia al conquistar a un exitoso empresario convirtiéndose en el orgullo de los Park.

El castaño era una persona amable, dulce, tierna y sobre todo recatado. El omega perfecto ante los ojos de cualquier alfa y para su esposo no fue la excepción, en cuanto vio a Jimin supo que debía marcarlo de inmediato pero este se reservó hasta el día de su boda, tal y como su familia le había inculcado.

Lee Jimin seguía las reglas al pie de la letra, en cuanto contrajo matrimonio dejo de tener contacto con todos sus amigos alfas, no quería hacer enojar al mayor, aunque este nunca le prohibía nada su madre le había repetido mil veces que solo debía tener a un alfa en su vida y él estaba completamente de acuerdo.

A sus cortos 23 años había conseguido un empleo bien remunerado en un Jardín de Infantes obligando a la pareja a mudarse. Era un departamento sencillo pero acogedor, lo suficiente para una pareja sin hijos.

-¿Estas son las últimas cajas?- Su adorable esposo preguntó y Jimin sonrió lleno de felicidad, ese era el primer lugar que compartirían solos, los últimos años habían vivido en la casa de la familia Lee, a quienes les agradaba demasiado Jimin, pero finalmente tendrían un hogar propio.

Unos ligeros jalones en su ropa lo hicieron salir de su ensoñación para mirar a la pequeña niña delante de él.

-¿Usted será nuestro nuevo vecino?- El castaño sonrió y se agachó a su altura, adoraba a los niños después de todo era su deber criarlos.

-Si, soy Lee Jimin. ¿Y tú? ¿Cómo te llamas?- La pequeña pelinegra esbozo una sonrisa, contenta de tener un nuevo vecino.

-Soy Min Momo- El mayor palmeo ligeramente la cabeza contraria mientras la niña de 5 años lo miraba lleno de emoción -¿Usted es un omega?- Jimin asintió -Su olor es muy rico-

-¡Momo! ¡¿Qué te he dicho de correr?!- La llamada palideció al escuchar el regaño de su padre.

-Perdón, se me olvidó- Contesta apenada cuando el azabache llega a su lado, mientras traía consigo varias bolsas de supermercado en sus manos junto a una clara mueca de enfado.

Jimin observaba la escena, cuando sintió el fuerte olor a café y petricor en sus fosas nasales, cosa que lo sorprendió. Los alfas nunca se hacían cargo de las compras y mucho menos de los cachorros.

El contrario miró al omega y sus ojos brillaron al notar lo hermoso que este era, desapareciendo cuando vio una marca en el cuello contrario.

-Soy Lee Jimin. Seré su vecino junto con mi esposo Taemin. Un gusto- El presentado salió para ver que demoraba tanto a su omega, este en cuanto lo vio, se pegó a él para sentirse un poco más seguro ante los ojos felinos.

-Soy Min Yoongi y ella es Min Momo- Yoongi miró inexpresivo a la pareja -Momo, a casa- La menor introdujo la contraseña y abrió el departamento para después ingresar con su padre siguiéndola.

Jimin suspiró, el olor de aquel alfa lo había mareado no estaba acostumbrado a tener alfas alrededor.

-Me preocupa que no puedas relajarte delante de los alfas Minnie. ¿Qué harás en el jardín de infantes cuando yo no este?- El castaño le sonrió a su rubio marido.

-No es necesario, solo omegas van a las juntas- Taemin suspiró, su esposo había sido educado bajo un régimen demasiado anticuado y por más que había intentado cambiar eso no lo lograba.

-Ya no estamos en Busan, las cosas en Seúl son diferentes- Jimin sonrió

-Las cosas siempre serán así amor-

-Espero que sea la última vez que corras así Momo, por la diosa luna entiende que te puedes perder- La pequeña se encogió mientras torpemente le ayudaba a su papá a guardar los productos comprados.

-Solo seguí el olor, ese omega huele muy bien- El azabache entendió el punto de la menor, a el igual le había parecido atractivo el olor.

-Aun así, no debes hablar con desconocidos. Puede ser peligroso- La pequeña hizo un puchero mientras estiraba sus brazos para ser levantada.

-Si estoy en peligro papá me va a salvar- Yoongi sonrió enternecido.

-Sabes que si pero no porque siempre va a estar papá significa que te puedes poner en riesgo- La pelinegra se escondió en el cuello de su padre para recargarse de ese aroma que tanto la calmaba -Ahora bájate, tengo cosas que hacer-

La niña protestó aferrándose al cuello del mayor pero después de varios intentos terminó cediendo para caminar hacia la sala, prendiendo la televisión lista para ver su caricatura favorita.

-No lo creo Momo- Yoongi le retiró el control de las manos -Arregla tus cosas para mañana-

La menor caminó arrastrando sus pies hacía su habitación mientras que Yoongi calentaba la comida que el día anterior Seokjin les había llevado, era bien conocido que el azabache era un completo desastre cocinando y podía envenenar a la menor.

-¡¿Dónde esta mi blusa del uniforme?!- El mayor lo pensó por unos momentos.

-¡Se estaba secando!- El típico ruido de la secadora siendo abierta y cerrada se escuchó para después los pasos apresurados de la menor hacia la cocina.

-¡Papá! Volviste a revolver la ropa blanca con la de color- Momo estiró la prenda ahora tenía manchas rojas. Yoongi se maldijo no haber sido más cuidadoso a la hora de meter la ropa y no haberse percatado al cambiarla a la secadora, las tareas del hogar no eran fáciles. 

Checó la hora y definitivamente era muy tarde para salir a comprar una nueva.

-Usa esa, mañana te compro una nueva- La niña puchereó y regresó a su habitación. 

Después de una crisis y que decidiera borrar esto, estoy de regreso. Cambié un poco el formato porque me la hicieron de emoción por un comentario jiji. 

Y yo no soy del tipo que pelea, so quiero llevarme la fiesta en paz.