-Estoy perdiendo la cordura por tu maldita culpa Min-
¿Existe una forma de saber que es correcto y que no lo es?
Siempre le repitieron que debía entregarse solo a un alfa, siempre creyó que era lo correcto entonces ¿Por qué se sentía tan bien fundir...
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La puerta de su departamento fue golpeada ligeramente, haciendo a Jimin buscar respuestas en su marido quien estaba sentado a su lado mientras ambos veían una película.
Sin la más mínima idea de quien pudiese venir de visita un sábado por la tarde y no tocar el timbre, se levantó. Encontrándose con su pequeña vecina y ahora alumna favorita, con una pequeña mochila negra en la espalda.
-Perdón que lo interrumpa profesor Lee. ¿Recuerda que me dijo que podía confiar en usted?- El omega asintió divertido -¿Puede ayudarme con mi tarea?-
-¿Dónde esta tu papá?- La menor miró sus pies mientras los movía nerviosamente.
-No está- Jimin de inmediato se alarmó.
-¿Te dejó sola?- Momo pareció pensarlo unos momentos.
-Se supone que vendría el tio Jin pero hay mucho tráfico y no me gusta estar sola-
El castaño suspiró y se hizo a un lado para dejar pasar a la niña, hablaría seriamente con el irresponsable de su padre.
Taemin miró a la menor con una sonrisa, Jimin le había hablado demasiado de la niña durante esos días, tanto que ahora el también la adoraba.
-Buenas tardes señor esposo del profesor Lee, lamento interrumpir su tiempo en pareja- El rubio carcajeó. Momo era tan divertida como le habían dicho.
-¿En que quieres que te ayude?- La pelinegra sonrió nerviosa.
-Bueno... tal vez mentí un poco- El omega la miro negando.
-Creo que tengo algunas galletas, podemos ver una película juntos-
Momo asintió emocionada, dejando su mochila recargada contra el sillón, mochila que venía completamente vacía. Comenzó a mirar a su alrededor notando el contraste que hacía con su casa, su papá tenía gusto por lo oscuro, llegando a parecer lúgubre mientras que en aquella casa era blanco con algunos toques de color, solo lo necesario para que no se viese demasiado aburrido.
Su mirada llegó a la mesa del centro notando un libro conocido sobre ella, "La Divina Comedia" se podía leer en la pulcra portada roja. Momo liberó un sonido de sorpresa al verlo, acercándose rápidamente pero dudo antes de poner sus pequeñas manos sobre el.
-¿Puedo?- Preguntó educadamente a Taemin y el asintió.
-Eres muy educada- Mencionó Jimin mientras traía consigo una charola con galletas y leche para la menor.
-Papá dice que los libros se deben cuidar- El alfa miró divertido a su esposo, Min tenía pensamientos parecidos a los del omega -Y se pone gruñón cuando daño alguno de su colección-
-¿Tiene muchos libros?- Preguntó Jimin mientras servía café para su esposo.
-Su cuarto parece una biblioteca gigante. Pero nunca me deja tomar libros de ahí, dice que aun no tengo la edad suficiente para leerlos y me compra versiones para niños- Momo formó un lindo puchero y el omega agradeció que el padre de la menor al menos tuviera sensatez en ese aspecto.
