¿Qué podía decir en ese momento? Había quedado como una ridícula, sin contar lo morbosa.
—Yo... lo siento. —Agaché la cabeza.
— ¿En que estabas pensando? —Repitió mi mamá.
Yo la mire apenada, y negué con la cabeza.
—Señora Clara, la pasta le quedó deliciosa. —Dijo Billie.
Mi madre desvió la mirada de mí, hacia ella, y le sonrió de lado.
—Gracias, es mi especialidad. —Se acomodó mejor en la silla.
Yo solamente me dispuse a comer de la pasta que había hecho mi madre.
En realidad si estaba deliciosa, mi mamá era una gran cocinera. Siempre nos deleitaba con sus deliciosos platos, yo era amante de la comida que ella preparaba, no la cambiaría por nada.
Durante la comida, no pude evitar sentirme avergonzada más de una vez por todas las cosas que habían pasado. Primero; Había intentado sobrepasarme de la manera más vil, y aprovechada que podía existir. Segundo: Había estado deseando ser pasta, la pasta que ella se estaba comiendo. ¿Qué clase de mujer era? ¿En qué me estaba convirtiendo? Dios mío, qué vergüenza.
Terminamos de comer, y mi mamá se levantó para llevar los platos a la cocina. Normalmente yo siempre le ayudaba, así que me sentí obligada hacerlo en ese momento.
—Mamá, te ayudaré con los platos. —Me levanté de la silla.
—Claro, _______. —Dijo mi mamá.
— ¿Puedo acompañarte? —Preguntó Billie.
Miré a mi mamá rápidamente, ella asintió.
—Claro. —Sonreí.
Ella se levantó de la mesa, tomó su plato, y caminamos hacía la cocina.
Me imagino que mamá fue a ver televisión, mientras terminábamos de lavar los platos.
— ¿Es mi impresión, o le pediste permiso a tu mamá para que pudiera acompañarte a lavar los platos? —Preguntó ella.
— ¿Qué? —La miré nerviosa. —No, ¿Por qué lo dices?
—Porque me dio la impresión. —Susurró.
Caminé hacia el lavaplatos, y tomé el detergente y la esponja para comenzar a lavarlos, eran pocos pero, había bastantes ollas, vasos, cubiertos.
— ¿Todavía tienes que pedirle permiso a tu mami para ir al baño? —Preguntó burlona.
—No. —Respondí cortante.
Me hizo sentir mal, tampoco era para tanto.
—Bueno, no te enojes. —Se rió.
La sentí acercarse, y la vi montarse encima de la barra americana de la cocina, apoyando sus piernas en un taburete de madera que había allí mismo en la cocina. Me dejaba ver el volumen sus pechos, ya que su blusa no era muy ancha. Eso era una gran distracción para mí.
Su cuerpo, su voz, sus besos, sus caricias... Ella se estaba convirtiendo en mi perdición, y no podía concentrarme en nada si ella estaba cerca, y tampoco si la tenía lejos.
— ¿Dónde está tu papá? —Me preguntó.
—Trabajando, muchas veces se queda hasta tarde. —Dije sin dejar de lavar la loza.
—Mi mamá me dijo que tenías hermanos, no las he podido conocer.
—Sí, tengo dos, Taylor y Chris. Justo ahora están en la finca, con mis abuelos, mis padres quieren ir este fin de semana.
— ¿Viven allá?
—No, solo están de visita por unas semanas, ya sabes para salir de la rutina.
—Me parece bien, ¿Los extrañas?
—Un poco. —Reí. — ¿Y tú tienes más hermanas aparte de Sofí?
—No, y no quisiera tener más.
— ¿Te la vas bien con ella?
—Más que bien.
Le di una mirada rápida.
— ¿Si?
—Sí, pero no pienses mal. —Bromeó. —Es mi hermana. —Agregó.
—No estaba pensando mal, solo que... Sofía te trata... —No supe cómo terminar la frase.
— ¿Cómo si fuera mi novia o algo así?
—Sí. —Le dije sincera.
—Siempre hemos sido así. —Alzó los hombros.
—Ya veo.
— ¿Mañana podemos venirnos juntas del colegio? —Preguntó. —No me agrada mucho la idea de venirme caminando.
Los recuerdos de esa tarde en el auto automáticamente llegaron a mí, haciéndome arder de solo recordar ese momento tan glorioso para mí.
—Claro, no veo problema. —Tomé la olla de los espaguetis para lavarla.
—Puedes estar tranquila, no haré lo de esta tarde. —Río divertida.
—No me molestaría que lo hicieras. —La miré a los ojos.
En realidad no me molestaría en absoluto que lo volviera hacer.
¿En qué clase de pervertida me estoy volviendo? ¡Maldición!
—Hay, _______. —Suspiró.
Yo volví la mirada hacia el lavaplatos.
— ¿No me vas a contestar la pregunta que te hice ahora?
— ¿Cuál pregunta? —Fruncí el ceño.
— ¿Viste porno?
Otra vez... Yo estaba muriéndome de la vergüenza, no sabía ni qué cara poner.
—No, ya te dije que no. —Tragué saliva.
—Bueno, sí tú dices... —Se bajó de la barra. —Tengo que irme a casa. —Anunció.
Dejé a un lado el plato que lavaba en ese momento, y cerré la llave del agua, para poder mirarla.
— ¿Por qué te vas tan rápido?
—Tengo sueño, mucho sueño. —Hizo un puchero.
— ¿No has dormido bien? —Pregunte preocupada.
—No, ¿quieres que te diga porque?
Asentí.
Ella se acercó a mí, y susurró:
—Porque no dejo de pensar en ti en las noches, me desvelo pensando en tus verdes ojos esmeralda, tus suaves labios, la forma en la que me miras, la forma en la que me hablas, y sobre todo la forma en que te pones cada que estoy cerca de ti.
¿De verdad pensaba en mí?
— ¿Lo dices enserio? —La miré a los ojos.
—Sí... —Dijo sensualmente. —Entonces, por eso mismo tengo que irme.
— ¿Vas a pensar en mi por la noche?
—Mucho. —Mordió con fuerza su labio interior.
— ¿Y no es mejor estarlo? —Me atreví a decirlo.
Ella se rió.
—Sí estuviéramos solas, sí.
Levantó la mano para acariciar mi cabello, inmediatamente cerré los ojos.
— ¿Tú también piensas en mí? —Susurró.
—Más de lo que te imaginas. —Comente.
—Eso es genial.
Retiró su mano de mi cabello, y entonces abrí mis ojos para mirarla.
—Te veo mañana. —Se acercó, y beso ligeramente mi mejilla.
—Te acompaño a la puerta. —Dije.
Ella sonrió, y pasó por mi lado, dirigiéndose a la puerta.
Como hubiese querido que nos despidiéramos con un largo beso en los labios.
Caminamos hacia la puerta, y de pasó vimos a mi mamá sentada en la sala.
—Señora Clara, me tengo que ir. —Dijo ella.
— ¿Y eso porque? —Preguntó mi mamá sorprendida.
—Tengo dolor de cabeza. —Dijo ella.
La miré pensativa.
—Hay, lo siento mucho. Lo mejor es que te tomes una pastilla, ¿tu madre tiene?
—Sí, claro señora. —Ella sonrió.
—Bien, entonces... No siendo más, que tengas una linda noche. —Mi mamá sonrió.
—Gracias, igualmente señora.
—_______, acompáñala a la puerta. —Pidió mi madre.
—Claro, eso mismo iba hacer. —Dije.
Mi mamá sonrió por última vez, y entonces caminamos a la puerta, tenía que ganarme un beso, ¡Como fuera! Tenía que besarla, ya no resistía tenerla cerca sin poder besarla, tocarla. Dios.
Llegamos a la puerta, la abrí, y camine dos pasos hacia adelante, ella se giró para mirarme.
—Perdona lo que te dijo mamá sobre comer.
—No pasa nada, las madres son así. —Intentó sonreír.
—Eres muy linda. —Le dije.
Ella sonrió.
—Tú también, además eres una chica muy tierna y especial.
Sonreí, y di un paso más adelante, para estar más cerca de ella.
—Entonces te veo mañana. —Besó nuevamente mi mejilla.
Como hubiera querido que fuera en la boca.
—Descansa. —Dijo.
—Ta...Tu... —Tartamudee. —Descansa. —Suspire resignada.
Ella sonrió, y bajo las dos escaleras que la comunicaban directamente con la calle, y entonces fue caminando a su casa.
Y no fui capaz de besarla, ni de pedirle un beso. Nada.
¿Por qué? Mi excesivo problema de timidez extrema, definitivamente no me iba a dejar hacer nada. Nada que no fuera el ridículo.
**
Narra Billie:
— ¿Cómo te fue con Alexa ayer? —Preguntó Ariana mientras caminábamos por el largo y ancho corredor del colegio.
—No me fui con ella, creo que debe estar furiosa, me fui sin avisarle.
— ¿Cómo así? —Exclamó.
—Decidí irme con _______. —Alce los hombros.
— ¿Preferiste a _______ que a Alexa?
—No es eso. —Pare de caminar. —Es que... _______ tiene auto.
— ¿Y eso que tiene que ver? Alexa también tiene.
—No, Alexa tiene moto, ayer me lo dijo.
—También tiene auto. —Dijo muy segura. —Pero, a todas estas, ¿Cuál es el problema?
—Es que... Alexa solo quería... sexo. —Susurre.
Ariana frunció el ceño.
— ¿Y?
— ¿Y? —Pregunte confundida. —Alexa es hermosa, pero no quiero tener sexo con ella, no sin conocerla bien, es amiga de mi hermana, por favor... le contaría todo.
—Estás loca, ¿sabes cuantas quieren un polvo con Alexa Ferrer?
—Me vale, Ariana... No estoy dispuesta a tener sexo con ella sin conocerla mejor.
Volví a caminar.
—Y entonces... ¿Prefieres andar con la nerd?
—Tiene auto, me puede llevar a casa todos los días si eso quiero.
— ¿La has engatusado?
—Sí. —Respondí de lo más normal. —Está loca por mí. —Dije confiada.
—¿Hasta cuándo vas a jugar así con ella? Porque estás jugando, no creo que te interese.
—Obvio no me interesa. Ya te dije, solo hasta que... —Unas manos en mi cintura me interrumpieron.
—Hola amorcito. —Escuche la voz de Sofía. — ¿Podrías decirles a nuestros padres que voy a llegar un poco tarde a la casa? Es que voy a salir con Lucy y Alexa.
—Claro, les diré que vas a ir a fornicar con hombres y mujeres con esas tipas. —Reí. — ¿Me vas a engañar Sofía O'Connell? —Fingí estar ofendida.
Ariana seguía parada mirándonos, o más bien, mirando a Sofía.
—Oh, claro que no. —Beso mi mejilla. —Nunca te engañaría.
—Eso espero. —La mire sonriente.
—Entonces, te veo en la noche. —Dejó de abrazarme, y se fue caminando por el pasillo.
—Tu hermana... —Suspiró.
—Lo sé. —Reí.
— ¿Vas a ir caminando hasta tu casa?
—No, _______ me va a llevar.
—Ah, ya recuerdo. —Dijo sin darle importancia. — ¿Sabes dónde está?
—No. Le mandaré un mensaje.
Saqué mi celular, y fui a la opción 'mensajes', 'escribir nuevo mensaje'.
"¿Dónde estás, _______? ¿Ya saliste de clases? Yo ya salí, ahora estoy esperando para verte. X"
Le escribí y lo envié.
—Se excita cada vez que me ve. —Comente.
— ¿Enserio? —Ariana me miro sorprendida.
—Sí, creo que no lo puede controlar.
—Dios, que miedo.
No entendí lo que dijo.
Mi celular vibro. Nuevo mensaje de _______.
"Estoy en primaría, ¿Podrías venir? es el salón de cuarto B. "
—Ahora quiere que vaya a buscarla a primaria, ¿Qué diablos anda haciendo con niños? —Susurre.
—Tal vez quitándose las ganas. —Bromeo Ariana. —Ve y búscala, yo me voy ya para mi casa.
—Vale, nos vemos luego. —La abrace.
Me despedí de Ariana, y camine hacia el lugar donde era la primaría, había muchos niños corriendo por el patio.
Busqué el salón que _______ me había dicho, cuando lo encontré, eché una mirada rápida por la puerta, sin dejar que ella me viera, y entonces saqué mi celular.
"¿Sabes _______? Creo que tendré que decírtelo por este medio, porque de no ser así, no sería capaz de hacerlo frente a frente...Te dije que pensaba en ti todas las noches, ¿No? Bueno, pues, ayer me arrepentí de no dejarte hacer eso que ibas hacer... Por dios, _______. Me haces tener fantasías. X"
Sonreí para mis adentros, y envié el mensaje.
Miré por un lado de la puerta, y la vi sentada en el escritorio de profesores leyendo el mensaje.
—Oh, por favor... —Suspiró nerviosa.
Dejó el celular a un lado, y tiró su cabeza hacía atrás, cerró sus ojos, y una de sus manos fue a su intimidad, pero no hizo nada, solo la dejó ahí.
Me causó risa el hecho de ver las sensaciones que provocaba en ella, me hacía sentir tan bien.
— ¿Te tocas pensando en mí? —Entré al salón.
_______ reacciono sorprendida, incorporándose nuevamente en la silla.
—Hola. —Tragó saliva.
— ¿Por qué estás en primaría? —Pregunte, y me senté en una de las sillas de los escritorios.
—A la profesora se le presentó un inconveniente, los niños ya estaban aquí, y por supuesto no podían perder clases, y todos los profesores están ocupados, así que me pidieron a mí que les ayudara con los niños, ya sabes, poniéndoles trabajos.
— ¿Tienes que quedarte aquí toda la jornada de la tarde? —Pregunte.
—Al parecer.
— ¿Tu lo quieres?
—Debo ayudarles.
—Se aprovechan de ti.
—No, claro que no.
—Sí, lo hacen. —Me levanté, y caminé sensualmente hacia ella. — ¿Ya no me vas a llevar a casa?
—Yo... —Tragó saliva. —No puedo quedarles mal, tampoco quiero quedarte mal a ti, así que si quieres puedo pagarte el taxi hasta casa.
—No quiero taxis, quería estar contigo.
— ¿Si? —Se mordió el labio.
Juraría que lo hizo inconscientemente. Sonreí.
—Sí. —Hice un puchero. — ¿Los niños están en recreo, no?
—Sí. —Asintió.
— ¿Cuánto demora ese recreo? —Dije pícaramente.
Ella miro su reloj.
—Quince minutos más. —Me miró.
Tal vez, si me quedará allí unos minutos más... Haría las cosas interesantes._
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Enamorada de mi Vecina (Billie Eilish y Tu)
FanfictionEnamorada de mi Vecina Ella es única, ella es sensual, ella es provocativa, ella hubiera podido tener cualquiera a sus pies, pero la escogió a ella, a la más inocente, a la menos indicada. Billie O'Connell es una chica hermosa de 17 años, la nueva ...