Una vieja amistad vuelve para remover sentimientos del pasado, sentimientos que creía que ya no existían y ella creía lo mismo, hasta que volvió a ver esos ojos oceánicos.
⚠️Inspirada en la canción "Ocean Eyes" de Billie Eilish y "Symphony" de Clean...
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{Capítulo 8: Depresión}
Los dos chicos se encontraban acostados en sus camas, los dos estaban llorando, la tristeza inundaba sus cuerpos, ella lloraba por aquellos ojos azules y él por aquella chica de cabello negro.
Kath: ¿Qué hice mal? ¿por qué no se expresa?
Volkov: ¿Qué me pasa? No entiendo...¿en verdad me gusta Kath?
El chico pensó, cada vez que miraba a su mejor amiga se sentía nervioso, su corazón latía con fuerza, la pérdida del sueño, pensaba en ella 24/7, falta de concentración y disfrutaba demasiado de esos momentos con ella... está más claro que el agua, él estaba enamorado de su mejor amiga, pero ¿y si ella no? Ambos chicos acariciaron a sus mascotas, tenerlas ahí les provocaba calma y no los hacía sentir solos en esos momentos de tristeza.
Conway: ¿Volkov? -tocó la puerta de la entrada.
Volkov: ¡Déjeme solo!
Conway: ¡No te voy a dejar solo! ¡Estás mal! -tocó la puerta con fuerza.
Volkov: ¡No voy a abrir la puerta!
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Michelle: Oye... eh... todo va a estar bien, ¿vale? -tocó el hombro de la chica.
Kath: Lo arruiné... lo arruiné todo.
Freddy: Los jóvenes piensan que lo arruinan cuando sólo impulsan las cosas.
Michelle: Volkov abrirá las puertas de su corazón contigo.
Kath: ¿Eso creen?
Freddy: Claro, siempre se arreglan las cosas.
Kath: Pero, pero... él seguro que ya no quiere verme, yo...
Michelle: Conozco a Volkov, mañana vendrá o irá a tu casa, te pedirá perdón y todo arreglado.
Kath: Eso espero.
Freddy: Iré por un poco de helado, ya vuelvo. -se levantó de la silla.
Kath: Gracias Freddy.
Michelle: Te sentirás mejor en un rato, ya lo verás. -le acarició el cabello.
Kath: Gracias Michelle, gracias por apoyarme.
Michelle: No es nada. -sonrió.
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Emilio: ¿Estás bien? -se sentó junto a la chica.
Kath: Si, es sólo que... hablé con alguien ayer y discutimos.
Emilio: ¿Fue el ruso ese, verdad?
Kath: No... no, no, para nada.
Emilio: Si quieres hablar con alguien, ya sabes que aquí estoy, mamacita.
Kath: Gracias Diablo. -sonrió débilmente.
Emilio: Estoy a su servicio. -la tomó del mentón.
Miró rápidamente sus labios y regresó su mirada a los ojos del Diablo, ese profundo color, su tez morena, él admiraba el hermoso color de los labios de aquella rusa, un rosa pastel muy natural, miró sus ojos y regresó a sus labios, sin más... la besó dulcemente, era el Diablo, pero esta presa era delicada como una rosa, debía ser cuidadoso con ella.
Ella se separó lentamente y miró a Emilio, pensó en lo que había hecho y se levantó de su lugar, se sonrojó excesivamente y se puso muy nerviosa.
Kath: A-ah... t-tengo que irme, nos vemos mañana. -salió corriendo.
Tonet: ¿Qué le hiciste, Diablo? -se sentó junto a su hermano.
Emilio: Nada, wey... sólo le revisé las pecas. -sonrió tontamente.
