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Pov's T/N

Vanessa y yo pasamos por un lado de ellos y noté que faltaba uno en su grupo, Jean. Una vez llegamos a la salida me despedí de Vanessa, y esperé hasta que mi chófer llegó, sin más, coloqué mis audífonos y entré al auto, saludé a mi chófer con una sonrisa y observé la ciudad.

Las calles estaban igual que siempre, algunos oficinistas saliendo al almuerzo, el piso algo mojado por la reciente lluvia, los autos que se movían con rapidez y los árboles quienes tenían pequeñas gotas de rocio en sus hojas adornadaban el paisaje. 

Después de unos diez minutos de recorrido, llegamos al departamento, en el que sólo mi madre y yo vivimos. Bajé del auto no sin antes agradecer a mi chófer y me metí en el alto edificio; estaba demasiado cansada cómo para ir por las escaleras entonces me introducí en el ascensor, las puertas ya estaban por cerrar, siendo interrumpidas por una mano.

Mi cara reflejó sorpresa al encontrarme con Libardo Isaza interrumpiendo las puertas; nunca creí encontrarme con él, y mucho menos creí encontrarlo a el junto con sus amigos, dónde ahora sí, estaba Jean.

El grupo de chicos entraron al ascensor riendo y jugueteando.

Hubiera preferido subir las escaleras.

Me ubiqué a un costado de la puerta, procurando marcar la mayor distancia entre ellos y yo; no tenía idea que alguno de ellos viviera en mi mismo edificio. Los chicos me notaron y me sonrieron pícaramente, yo correspondí su saludo con timidez, extrañeza y sin picardía claramente.

Debe de ser la segunda vez en toda mi vida que me voltean a ver.

Saqué mi teléfono, ya saben es algo típico, cuando hay un grupo de personas cerca de ti, en especial chicos, se tiende a hacer eso ¿No? Bueno, yo sí lo hacía.

Estaba haciendo cualquier cosa, mientras procuraba no levantar la vista. Mi piso era el cuatro, solo rezaba para que llegara lo más pronto posible.

Repentinamente el jugueteo paso a susurraros y risas discretas entre ellos. Me extrañé pero ignoré el hecho.

Hasta que sentí el cuerpo de alguien impactar con el mío, subí mi mirada encontrándome con Jean a escasos centímetros de mí; dado a qué yo estaba en la esquina del ascensor el tenía sus manos poco más arriba de mi cabeza, recargando su peso.

— Perdón. — Se disculpó mordiendo su labio con una ligera sonrisa y se incorporó nuevamente; sus amigos reían, Jean le dió un par de golpes "suaves" a Naim y a Ralf mientras todos reían, yo no podría haber soportado esos golpes.

Seguramente mi cara estaría algo sonrojada tras el hecho, por lo que hice lo posible por esconderla.

Finalmente mi piso llegó; me quedé algunos minutos parada frente a la puerta, esperando que las puertas se abrieran; mordí ligeramente mi labio, impaciente.

Finalmente las puertas se abrieron y yo salí sintiendo el aire regresar a mis pulmones, mientras que a mis espaldas escuché el gritó de Orson.

— Órale wey, despídete de T/N — Gritó riendo.

Ahora sí mi cara estaría roja.

Escuché un "Auch" seguido por más risas.

— ¡Adiós T/N! — Escuché a Jean gritar.

Me sorprendió bastante que se despidiera, pero no pude emitir respuesta por qué el ascensor siguió con su camino.

Hoy seguramente fue el día más raro de mi vida.

Introducí la contraseña de mi departamento con las manos sudando, por la situación anterior.

Entré a mi "casa", que para ser un departamento está bastante bien, tiene dos plantas y un balcón. La fragancia a desinfectante de pisos me recibió mientras aventaba ligeramente mi mochila al sillón y yo me dejaba caer a un costado de ella.

Decidí prepararme algo para comer, por la sencilla razón de que no probé bocado desde las 7 am.

Pov's Jean

Al salir de la prisión que llaman escuela, Libardo propuso ir a su casa aprovechando que su padre estaba bastante ocupado trabajando.

Llegamos y subimos al ascensor, donde por cierto estaba T/N no sabía que vivía en el mismo edificio que Libardo.

— Es muy guapa, tío. — Habló en un susurro Naim.

— Concuerdo con el español. — Susurró Orson en respuesta.

Yo me dediqué a confirmar el hecho, ella parecía bastante ensimismada en su teléfono.

Hay muchas razones para querer tenerla en tu lista, comenzando por el rumor de su virginidad, continuando con sus aires tiernos e inocentes y para rematar era como un fruto prohibido al ser hija de la directora... Era simplemente una presa demasiado buena para una manada de lobos hambrientos.

No presté atención a lo demás que dijeron los chicos debido a mi pequeño trance.

Hasta que sentí un golpe en mi brazo que me hizo reaccionar.

— Ah ¿Qué? —

Todos rieron.

— Que te quedas mirando a T/N como si estuvieras enamorado de ella. — Dijo Naim con burla.

No pude evitar mi sonrisa socarrona.

— Enamorado no, pero interesado tal vez. — Respondí.

Los tontos de Ralf y Naim me comenzaron a empujar hacia T/N, repitiendo constantes "Uuuh" en susurros, hasta que finalmente empujaron lo suficientemente fuerte como para chocar ligeramente con
T/N.

Su rostro se veía mucho mejor de cerca, sus facciones resaltaban más y sus labios ligeramente abiertos debido al sobresalto despertaron aún más el reciente interés que tenía por ella.

Tras disculparme, les dí algunos golpes de manera juguetona a Naim y Ralf. Y finalmente T/N bajó en el piso cuatro.

— Órale wey despídete de T/N — Dijo o bueno, gritó Orson.

Reí y le dí un ligero golpe en la cabeza.

- ¡Adiós T/N! - Grité riendo.

Los demás rieron conmigo y no alcancé a recibir una respuesta ya que el elevador continúo con su camino hasta llegar al departamento de Libardo.

Entramos y estaba todo muy ordenado, más, mucho más, que las veces anteriores que había venido.

- ¿Está todo muy ordenado o ya alusino cosas? - Preguntó Ralf.

Yo dejé mi mochila en el piso.

- Bueno, hoy tenía planeado hacer una pequeña reunión. - Explicó Libardo.

- ¡Fiesta! - Gritamos Orzon y yo al mismo tiempo.

- Bueno, si lo quieren llamar así, sí. Aprovecharemos que mi padre regresará dentro de dos días, al parecer irá a ver a su novia. - Explicó Libardo con una sonrisa.

- ¡Casa sola! - Gritó Naim tirándose encima del sillón.

— Tenemos que invitar a todo el mundo, y a tu querida vecina, Libardo. —

- Concuerdo contigo. Tal vez con algunas copas se ponga más
accesible. - Dijo Naim al doble sentido.

- ¡Wey se más caballero! - Se quejó Orzon el respetuoso del grupo.

Ralf y Libardo hablaban un poco alejado a nuestra conversación. Si los conociera de menos pensaría que es una charla casual, pero no es así, y estoy seguro de que planean algo.

- Dejen de hacer sus reuniones de complot - Les dije.

Ellos se voltearon y rieron, noté como Ralf le pasaba algo a Libardo, aunque no alcancé a notar el qué.

....

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