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Cuando despertó todavia era temprano, lo supo por el hecho de que todavía la habitación se hallaba oscura y porque ninguna de sus compañeras de cuarto daba señales de querer levantarse todavía, aunque no supo si confiar en la segunda, sus compañeras no eran de ser puntuales.

Se sentó en la cama y se estiró, acomodando su cuerpo y relajando sus músculos, bajo sus piernas por el lado derecho de la cama y metió sus pies en las pantuflas que ahí se encontraban, como todos los días, y se  retiro la cobija de las piernas, se levantó cuidadosa de no provocar ningún ruido demasiado fuerte como para despertar a las demas y se adentro al baño; ya dentro se desvistio y se puso bajo el gran chorro de agua de la regadera, relajando su cuerpo, cuando termino de limpiarse salió de la ducha con aroma a arandanos y esencia de rosas, totalmente impecable.

Se vistió con su bonito uniforme verde y plata, se cepillo su larga cabellera negra hasta dejarla sin ningún nudo y se aplicó crema de peinar con aroma a lavanda y miel, se coloco un balsamo para humectar sus rosados labios y un delineado delicado para resaltar sus azules ojos, para finalizar se perfumo con esencia de toronja y pera, y se miro al espejo. Se veía bonita, relucia entre el lúgubre lugar donde estaba, se veía angelical.

Su rutina siempre era igual, sin ningún mínimo cambio, y eso le agradaba.

Checo de nuevo que sus compañeras siguieran totalmente dormidas y al comprobarlo se sonrió al espejo, lo hizo una y otra vez, tratando se experimentar algo con esa acción, pero al igual que con todos los días no logró nada, seguía sin sentir ningún cambio al ver su reflejo sonriente en el espejo, y tampoco sintió alguna clase de desesperación al no lograr nada, seguía siendo la misma muñeca de siempre, totalmente falsa. Dejo de intentar algo cuando pudo ver un rayo de sol colarse por la ventana, dando paso a una conocida luz verdosa.

Tomó su bolsa tranparentosa de flores azules donde estaban sus libros y salió de la habitación camino al comedor. No había nadie en el pasillo, al igual que cuando bajo las escaleras y vio la sala común, encontrandola vacía como todos los días, abandono las mazmorras y siguió su recorrido, todo siendo tan monótono como acostumbraba, cuando llegó al comedor apenas había algunos Ravenclaws y Hufflepuffs, totalmente separados y solitarios mientras comían o leían algún libro, y ella conoció cada rostro que ahí estaba. Por parte de las aguilas había dos chicas y un chico, ella no tenía idea de quienes eran pero en su mente eran Lucille, Angèle y Peter, los dos últimos tenían sentimientos por el otro, lo había notado cuando compartían miradas discretas mientras estaban desayunando, y Lucille al igual que ella solo era una espectadora de esos encuentros llenos de sentimientos no dichos.

Sentimientos.

¿Cómo sería tener algún sentimiento?

Izaro realmente no lo sabía y nunca lo haría.

Cuando había nacido había llorado como cualquier bebé y esa había sido la razón de que sus padres la vieran como alguien totalmente normal, pero al ver que lo que le entretenia a las personas a ella no le ocasionaba nada empezaron a preocuparse, al igual que cuando se hacía alguna herida y no lloraba como los pequeños de su edad, el como no reía al jugar, o como no pedía cariño por parte de sus padres, todo eso los había alertado de que no era cómo los demás y tras una ida a San Mungo le diagnosticaron una rara alteración mental.

Izaro padecía de Alexitimia.

Alexitimia: la incapacidad para identificar las emociones propias.

Hay personas incapaces de expresar e identificar sus emociones.
Es la alexitimia, una limitación provocada por un trastorno en el aprendizaje emocional o por una lesión cerebral.

Los alexitímicos no saben poner etiquetas a eso que están sintiendo”.

Estas personas no carecen de emociones, están ahí, pero tienen que desarrollarlas. La incapacidad de sacarlas fuera provoca que somaticen, que se refleje en su estado físico, lo que no pueden verbalizar, ni gestualizar.

El perfil del alexitímico responde a una persona distante, rígida, sin sentido del humor, introspectivo y aburrido, carente de imaginación.

También tienen dificultades para adoptar decisiones, ya que en ese proceso no sólo se emplea la razón, también la emoción juega un papel fundamental.

Existen grados dentro de la alexitimia y en su nivel más desarrollado puede formar parte del espectro de patologías del autismo, como el síndrome de asperger.

Sentimos los afectos con una estructura que generalmente está en el lóbulo temporal derecho del cerebro y los expresamos a través del lóbulo frontal del hemisferio izquierdo. Si tenemos una lesión que interrumpa el circuito de conexión entre las dos estructuras se puede producir una imposibilidad para hablar de los sentimientos”

Izaro nunca pudo ayudar a los demás cuando se sentían mal, o cuando estos lograban algo que los ponía felices, ella no entendía lo que ellos experimentaban y por eso mismo le era imposible empatizar con sus amigos.

Termino de desayunar y abandonó el comedor a paso lento, dirigiendose a la biblioteca.

Cuando Regulus Black hubo perdido de vista a la pelinegra soltó un suspiro enamorado.

Alexitimia [Regulus Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora