Creation (KookV)

00

—Jimin, ¿Tu sabes cuántas muertes hubo la semana pasada? —Pregunto Suga con curiosidad—Vi que sobrepasó las muertes que habían hecho en los 90s.

—Lo ví en las noticias —Respondió tranquilo—¿Porqué?

—Solo me da curiosidad, ¿Tu Taehyung, te diste cuenta? —Volvio a preguntar — Se imaginan tener a un amigo de psicópata? Ghh, sería de miedo eso.

—Eso solo pasa en las telenovelas Hyung, ¿Quien se haría amigo de un psicópata? Voy a trabajar, ¿Quieren algo para cuando salga?

—No, pero no vuelvas tarde.

Taehyung desde pequeño fue independiente, nunca le gustó pedir dinero a sus papás por lo que comenzó a trabajar desde que tenía 15 años. Tal vez para muchos es una edad apropiada, pero no para sus papás, quienes lo mantenían encerrado con tal de que terminara sus estudios para que así, tuviera un futuro próspero junto a su familia.

Se llegaban las 3 de la tarde, justo la hora en que las personas salían de trabajar, el tráfico en la ciudad era mucho, las voces de las personas se escuchaban por todos lados. Era un viernes tranquilo, aunque no tanto pues los parques estaban llenos de familia. Era así como el quería y quiere estar, con una familia pequeña sentados en el parque tomando un agua o comiendo un helado.

—Oh, Kim llegaste justo a tiempo, justo te iba a llamar. —Hablo un Jin emocionado —Hoy saldré más temprano, tengo que ir a comer.

—Oh, claro. Suerte —Respondió felizmente —Solo...mañana no llegues tarde.

—No lo haré. —contestó saliendo de la tienda.

El había comenzado a trabajar ahí desde los 16 años, la gente normalmente ya lo conocía y pasaban a saludar de vez en cuando. Las tardes de Taehyung se basaban prácticamente de trabajo a casa y de casa a trabajo.

El día pasó rápido, se llegaba la noche, las luces de la calle ya se habían prendido, pues ahí oscurecía temprano. La campana de la puerta sonó indicando que alguien había entrado, Taehyung se levantó del asiento indicándole al cliente que estaba para atenderlo.
Un hombre con vestimenta negra, ocultando la mitad de su cara con una gorra y un cubrebocas de igual color, lo único que podía verse eran los ojos.

—Señor, disculpe. —Hablo Taehyung cuando se percató de que la persona lo estaba viendo directamente a los ojos— ¿Necesita algo? —Pregunto confundidó

—Si, a ti. —Respondió sin señales de risa — ¿Vendrás a mi o tengo que ir por ti? —Pregunto acercándose

—¿Disculpe?—Pregunto.

—Es broma. —Los ojos se achicaron indicando que la persona había sonreído. —¿Vendes cuchillos o cúter—Pregunto viendo a todos lados

—Ah, claro. Están de aquel lado—Señalo con su dedo al fondo de la tienda.

—Me salvaste, creí que no había. ¿Te cuento algo? —Pregunto con una mirada aterradora — ¿Sabías que nunca debes estar solo en tu trabajo?

—Nunca estoy solo, señor. —Respondió con miedo. —De hecho, mi amigo está en el baño —Mintió.

—¿Crees que soy un señor, debería esperar a tu compañero para poner una queja?—Sonrió — Es una falta de respeto que me llames, señor. ¿Sabes cuantos años tengo?

—No lo se. Tienes tu cara cubierta. —Sonrió con ironía.

—Con mis ojos ¿No puedes adivinarlo? —Sonrió de igual manera.

—¿Me cree adivino? —Cobro unos cuantos cuchillos.

—¿Eres gracioso? Me gusta. —Guiño el ojo y salió de la tienda con una bolsa con 3 o 4 cuchillos de cocina. Camino por el borde de la banqueta, sin levantar la mirada en ningún momento dando la vuelta en una esquina oscura y solitaria, entro a un hotel que estaba muy cerca de ahí, sonrió y subió a si habitación.

—¿Sigues vivo? —Preguntó viendo a la persona tirada desangrándose por la cortada que había hecho en el cuello minutos atrás. —¿Entonces atiné? Eres una persona con piel difícil de cortar o tal vez no metí bien el cuchillo ¿Tu qué opinas? —pregunto sentándose al lado del sujeto. —Me gustaría matarte aquí mismo, pero adivina qué, no debes preocuparte, no seré yo quien te mate.

—¡E-espera! —Pidió la persona — Te juro que no fui yo quien te traicionó, F-fue....

—No empieces, es más no te haré sufrir más. —Termino la palabra para después enterrar el cuchillo una vez más en el cuello, la sangre salpicaba, su cara con pintura roja, su sonrisa mientras disfrutaba ver al sujeto dar su último suspiró —¿Te conté que amo que las personas se mueran siendo yo su última imagen? —Sonrió sarcásticamente —Oh, nunca te lo conté. Se me pasó. —Sonreía mientras miraba que los ojos de la persona que estaba debajo se cerraban lentamente y con dolor.

Después de unas horas, las sirenas de las ambulancias y policías sonaban en toda la ciudad mientras el escapaba por la puerta de atrás. Nunca se le dificulto saltar bardas ya que cuando era chico su hobbie era brincar desde muy alto.

—Me viera gustado tener una vida más bonita, pero me tocó huir de la policía, que estúpido —Hablaba bajo mientras su mirada divagaba en el piso, usando ropa totalmente negra, su cabeza cubierta con el gorro de la misma chaqueta, paro un una tienda de conveniencia, cámaras en cada esquina, personas entrando y saliendo de ella, la ciudad estaba llena y era hora de vaciarla un poco.

—¿Tu de nuevo? —Preguntó Taehyung— ¿Estás bien? Te veo un poco cansado.

—¿Tengo que pedir permiso para verte? Y métete en tus propios asuntos —Contesto mientras se dirigía al refri en donde estaban las cervezas. —Mierda, mi dinero. —Susurro

—Joven, no se preocupe. Yo voy a comprar cerveza, si quieres puedo comprarlas por ti —Habló amablemente el señor de aproximadamente 50 años.

—Disculpe, si no vas a comprar nada, puedes retirarte, el pasillo está lleno esperando a que termines —Regaño Taehyung

—Entonces que esperen. —Se burló.

—¿Quien te crees? —Resopló una persona atrás — hay muchos aquí que queremos comprar también. Muevete.

Jungkook miró a la persona, la cara redonda, un poco rellena, moreno y.... bien tenía su próxima víctima. Salió de la tienda y se espero en el callejón oscuro, una vez más tapo su cabeza, quito los auriculares y sus manos se posaron en sus bolsillos del pantalón.

Su vista directamente en la espalda del hombre robusto, sus pasos acelerados y su sonrisa sarcástica no se hicieron esperar. Al final todos debían morir, porque para eso nacimos.

La vida solo ofrece una certeza, la muerte.

*Volví*