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Rogaría por que me perdonases por haberte mentido. Solo que decirte "No voy a estar bien" iba a desesperarte más el día en el que todo comenzó y odiaría verte nuevamente triste. Todo fue de mal en peor por mi aislamiento, pero tampoco era como si quisiese volver a como era antes, no tenía gana de moverme más por un simple conflicto que me partió el alma.
Durante los últimos meses no salí de mi hogar, no he hablado con nadie a menos que hubiese sido tu. Muchos estaban preocupados, otros ya me daban muerto por mi poca estabilidad mental en aquellos momentos, pero te pedí arrodillado que por favor no le contases como estaba y si llegaban a preguntar, les respondieses; "Desaparecido."
Como mi último recurso tú siempre venías a visitarme, me contabas de lo que pasaba a los alrededores que no podía ver y siempre me traías una nueva historia para contar. Hoy me llamaste por teléfono, ¿No había un peor día para llamarme? Dijiste que debíamos de hablar en serio, y necesitábamos enmendar las cosas con todos, algo que yo escuché con poco interés.
Luego de unos minutos quise ignorar tus palabras, pero fui incapaz de sentir como un veneno llamado "culpa" recorría mi cuerpo cuando me hablaste.
"Viviendo como un fantasma, caminas por todos los lados que conoces..."
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