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SeokJin se sentía en las nubes, saltando entre algodones, flotando aturdido y sin percepción de lo que era su negra realidad.

Después de esa increíble noche, SeokJin y TaeHyung continuaron reuniéndose en casa del mayor. Básicamente, el tiempo que invertían antes era usado para las tareas de TaeHyung, mejorar la ortografía, soñar con delirantes futuros y disfrutar de una comida tibia cuando llegaba la madre de SeokJin.

En cambio, de ser escolares dedicados al estudio, pasaron a robarse la boca del otro apenas cerraban la puerta.

Como la madre de SeokJin no solía llegar en horarios seguros, el tiempo en que tenían la casa para ellos solos era un regalo divino.

Si esto era la recompensa por vivir un martirio entre la muchedumbre cada día, SeokJin no está seguro a quién agradecer el presente.

---Abre tu boca.

---E-Espera.

---De prisa.

TaeHyung tenía acorralado a SeokJin entre su cuerpo y la cama.

Sobre el suelo frío, TaeHyung se metía dentro de las piernas de SeokJin, elevándolo sobre sus muslos y disfrutando del sabor un tanto salado del cuello de Jin.

La atracción aumentó considerablemente desde que comenzaron a besarse.

SeokJin no había de sentir el mismo fervor que sentía con TaeHyung, con alguna persona antes. El calor que se alojaba en su parte baja, dentro de su pecho y lo colorado que se ponía su rostro no era con la misma intensidad que pudiese compararse como con el cariño que le tenía a su madre.

Porque, si era específico, todo lo que sentía con TaeHyung al besarse, era caliente.

---Pone tus manos aquí.

TaeHyung guio una de las manos tibias de Jin hacia su cabello.

---Me gusta eso.

Jin sonrió despacio y TaeHyung no dejó que le contestara antes de que lo tocara con entusiasmo nuevamente.

A SeokJin le gustaba enredar sus dedos en los hilos ondulados de Tae, masajeando su cuero cabelludo y sonriendo delicadamente cuando el chico pronunciaba su nombre con tanto amor, tanta premura que sentía su corazón vibrar demasiado contento para ser cierto.

Las manos furtivas de Tae sacaron la camisa blanca del pantalón escolar y SeokJin jadeó cuando los dedos de Tae llegaron a sus costillas.

No hubieron de avanzar más allá de las caricias subidas de tono en ningún momento anterior.

Mas que prudencia, era ser preso de la adultez en casa y el poder del padre de Jin.

---T-Tae-

---H-Hyung. . .

Solo se meneaban uno contra el otro, con los pantalones puestos, el miedo siempre manteniéndolos alerta y las respiraciones alocadas, repartiéndose muestras de amor por donde la ropa podría sacarse y revelar trozos de piel increíblemente nívea.

SeokJin se atrevió a aventurar una de sus manos y la bajó hasta el traste de Tae, dando un apretón tentativo, pero inverosímilmente perfecto para lo excitado que estaba TaeHyung sobre él.

Un ruido en la puerta los pasmó y cuando estaban lo suficientemente separados uno del otro, TaeHyung en una esquina de la habitación y SeokJin tomando la manilla de la puerta; saborearon el terrible presentimiento de ser encontrados.

Cuando Jin echó un vistazo fuera de su cuarto, no había nada más que silencio, la puerta mal cerrada y el ruido exterior bajo. Volteó hacia Tae apenas se aseguró de no ver ninguna novedad y soltaron un gran suspiro.

Kenopsia[KTH~KSJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora