Cartas de un Tonto Enamorado

Carta de Despedida

Recuerdo tan patente la vez en que hice esto por primera vez, aquella en donde me había decidido que no quería volver, que ya no quería estar, que sólo deseaba cerrar los ojos y por fin descansar sin necesidad de preocuparme por nada nunca más. Si, de eso hace ya 11 años, han pasado tantas cosas desde entonces, que incluso a mitad de todo eso podría salir adelante, me costó llegar hasta donde estoy, sufrí mucho, sacrifiqué otro tanto también por un futuro que al final no puedo disfrutar, donde no encuentro un pequeño segundo de felicidad.

He peleado tanto contra la marea últimamente, durante estos últimos años que lentamente fui perdiendo la fuerza que llegué a conseguir, las motivaciones que tenía ya no están, las razones para seguir desaparecieron como las cenizas con el viento. Todo lo que un día soñé desapareció tan fácil que me cuesta creer que una vez tuve un sueño, una meta, algo por lo que peleaba.

Estoy en la oscuridad, no logro ver nada más allá de mis manos, manos vacías de alguien vacío, alguien que perdió todo sentido, que se ha visto nublado, pero... ¿Realmente es así? ¿Mi vista está nublada o realmente estoy viendo perfectamente? 

Hace poco comencé a creer que todo lo que yo veía era una simple ilusión, algo que me obligué a creer, que aquellas amistades estaban ahí, que había alguien que podía quererme, que podía confiar en mí y que creían que podía seguir, que podía ser algo, que podía lograr algo. Pero me di cuenta que ni siquiera yo tengo eso, no creo poder lograrlo, no creo poder llegar a ese destino que una vez me propuse llegar. Aquí sigo, en ese mismo punto que antes, no avancé y de no saber que estoy en el mismo punto, podría decir que he retrocedido.

Mi mente es un caos, las ideas son demasiadas, los pensamientos completamente irracionales, nada es coherente en mi mente, nada tiene sentido ni encuentro uno a seguir. ¿Sería posible? ¿Podría perdonarme a mi misma el no querer continuar? El poder decir basta, hasta aquí he podido llegar, hasta aquí he podido soportar y ya no puedo más. No estaría dejando nada pendiente, nadie perdería nada importante, sólo sería un mal recuerdo que muy pronto todos olvidarían, una piedrita que simplemente lograron sacar de su zapato. 

Buscar una salida, una corta, una última noche, un último sueño, un último adiós.