Narra Annie
-Te gustaria- dijo - Ve a secarte el cabello, no querrás enfermarte más de lo que estás.
Asentí mirándolo fijamente
-Debo irme, buenas noches - tomó la perilla de la puerta para abrirla y salir de la habitación
-¡Espera! - se volteo - ¿Te irás?
-No tengo nada más que hacer
-Se supone que tienes que corroborar que yo este bien. Y.... no estoy bien, me siento realmente mal
-La diferencia es que tus padres están en casa
-Mis padres, son unos inútiles que no saben ni hacer un huevo revuelto
Liam río y mordió su labio inferior.
-¿Que hora es? - preguntó
-Mm. .. - miré el reloj de mi mesa de noche - Las doce treinta
El suspiró y bajó su cabeza ¿tenía algo que hacer?
-Está bien, iré a prepararte un jodido té, pero tu ve a secarte el cabello, no quiero que te enfermes más
-Eres tan tierno, ahora te preocupas por mi - hablé con sarcasmo, el río
Liam salió de la habitacion, me puse de pie y me dirigí hacia el cuarto de baño para secarme el cabello, una vez seco aproveché de quitarme el maquillaje ya que parecía un puto mapache.
Salí del baño y fui a mi cama, me recosté y me cubrí con las sábanas, temblaba del frío.
Pocos minutos más tarde Liam llegó a mi cuarto con una bandeja en sus manos, que contenían dos tazas, de las cuales salía algo de humito y también galletas. Cerró la puerta con su pié y se acercó a mi. Dejo todo sobre mis piernas y me miró.
-¿Te sientes bien? - puso su mano sobre mi frente - No tienes fiebre, eso es bueno
-Tengo mucho frío. ¿Podrias alcanzarme un buzo por favor?
Liam asintió y se dirigió hacia mi armario, abrió las compuertas y tomó uno, me lo mostró y yo asentí, volvió hacia mi y me lo entregó, me lo coloque rápidamente.
-Toma rápido el te, se te va a enfriar- dijo mientras se sentaba en la cama
Tome la taza y fui bebiendo despacio el contenido de la misma, acompañándolo con galletitas.
Comencé a toser, dejando de beber mi té, Liam se puso de pie y empezó a darme palmaditas en la espalda.
-Te ves y oyes terrible
-¡Gracias! es todo lo que una mujer desea escuchar - dije con sarcasmo
-Iré a comprarte unas aspirinas, supongo que el kiosko esta abierto
Más tierno.
-Está bien
-Ya vuelvo, tomate eso
Asentí. Liam salió de mi habitación y estornude. Adiós a mi plan de escaparme e irme con Christina a la fiesta, me sentía muy mal y no era parte de mi actuación.
Narra Liam
Ya había comprado las aspirinas para Annie, ya iba devuelta a su casa cuando de pronto mi teléfono comenzó a vibrar en mi mano.
Maldije a mis adentros al ver la foto y el nombre de Sophia resaltar en la pantalla, suspiro y me decidí a atender.
-H-Hola