Viernes. Eran las 8: 40 de la mañana cuando Billie llegó al restaurante Solea. Un mesero lo llevó hasta su mesa. Estaba lista, para dos personas. El mesero retiro la silla y Billie tomó asiento.
- Buenos días, señor, ¿algo de tomar? - preguntó el mesero.
-Sólo un café, gracias - respondió Billie.
El mesero garabateó algo en su pequeña libreta y se alejó de la mesa caminando lentamente. Billie miró su reloj. Maravilloso, faltaban 15 minutos para que su viejita llegara. Bueno, no tenía mucho que hacer así que decidió admirar el paisaje. Claro que en un restaurante no había mucho que observar, hasta que sintió una mirada sobre él.
Cuando levantó la vista se encontró con que una mujer lo miraba de cuando en cuando, con sonrisas coquetas y jugando con su rubio cabello. En ese momento el mesero obstruyó el contacto visual cuando le llevó el café a Billie.
Cuando volvió a ver a la rubia, ella lo seguía mirando discretamente por el rabillo del ojo. Billie le puso un poco de leche y azúcar a su café con la mirada fija en ella. La mujer volteó abiertamente, sonrió y le guiñó un ojo. Billie solamente levanto su café a modo de saludo y dio un trago, sin despegar la mirada de ella.
- Si ya terminó de estar coqueteando ¿puedo sentarme? - pregunto una voz femenina a su lado. Billie se atragantó con el café, pero se puso de pie inmediatamente. Cuando miró a la joven que estaba a su lado se quedó anonadado. Sus ojos escrutaron cada centímetro de su cara, su sedoso cabello castaño que le caía por los hombros y sus...
- No estaba coqueteando - logró al fin decir.
- No, claro que no - dijo ella dándole por su lado - ¿puedo sentarme?
- Aunque me encantaría compartir la mesa contigo, me temó que no puedes - aclaró él.
- ¿No es usted el Doctor Armstrong?
- Si, soy yo, pero estoy esperando a...
- A mi - dijo ella terminantemente interrumpiéndolo.La mirada de Billie la recorrió por completo. Tratando de no demorarse mucho en su escote, miró su vestido floreado, sus blancas piernas y sus sandalias. Después de su riguroso examen volvió a mirarla a los ojos.
- No, creo que no, señorita. Yo espero a una pintora mayor.
- Si con mayor se refiere a una gran pintora entonces, gracias.
- No, yo hablo de una persona de la tercera edad.
- ¿Acaso parezco una mujer de la tercera edad? - La voz de ______ estaba teñida de indignación.
- No, por supuesto que no. Yo no dije nada así - se apresuró a aclarar Billie.
- Acabas de decir que estabas esperando a una mujer de la tercera edad cuando me esperas a mí.
- ¿Tú... tu eres _______? - preguntó un poco anonadado.
- Si, yo soy - Billie no dijo nada - ya puedes cerrar la boca, eh.
Instantáneamente Billie reaccionó, rodeo la mesa y retiró la silla para que _______ tomara asiento.
- Perdón, es que... me dijeron que era una mujer mayor, simplemente no me esperaba a alguien como tú. Siéntate por favor.
- Gracias - pasó frente a Billie y el aroma de su perfume se quedó grabado en su memoria. Billie volvió a su lugar y se sentó. No hizo nada, no habló ni se movió. Solo se dedicó a observarla.
- Si ya terminó con su examen sobre mi persona, ¿podemos empezar con mi problema? - sintiéndose un poco incómoda ante el estudio de Billie.
- ¿Puedo hacerte una pregunta antes de cualquier cosa? - ella asintió - ¿Porque hiciste una cita a tan temprana hora?-Esa pregunta no era para nada lo que ella esperaba
- Pues porque tengo que desayunar, además, no tengo un horario bien definido y esta es la única hora a la que podía - ________ tuvo la sensación de que Billie no había escuchado ni una palabra de lo que dijo -este... ¿podemos comenzar?-.
-¿Qué?... Ah, sí, claro, claro. Voy a llamar al mesero para ordenar.
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Okay...me agarró la emoción y subí un segundo capitulo. Espero que lo disfruten. Les parece si hacemos algo asi como 'preguntan del dia'? ya que subire capitulos todos los dias. Respondan en los comentarios babys ♥
~Whatsername
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Seduciendo a un caballero (Billie Joe Armstrong)
RandomPara todos Billie tenía una vida perfecta, no le hacía falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increíble, un carro último modelo y una novia hermosa. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día ante...