🌹- " Life Or Death „ - (JJK) "삶 또는 죽음" 🥀

III || Tres

"Traeré una rosa para ti cada día, y así saber cuantos días tarde en enamorarme de ti otra vez..." 🌹

Fueron las palabras que el joven dijo frente aquel acantilado donde su esposa había "caído", mientras dejaba una hermosa rosa de color apasionado sobre el suelo Silvestre. Dió un reojo al reloj que estaba en su muñeca; el cual marcaba las 7:23 a.m. suspiró y sonrió una última vez.

Subió a su auto y condujo hacia su trabajo, ya habían pasado dos semanas desde aquel sueño que ciertamente hizo que sus ánimos se elevarán un poco.

Entró al gran edificio con una expresión neutra, a diferencia de como lo hacía antes, con una sonrisa. Nada había que explicar, todos sabían lo sucedido el día de su boda, puesto que varios compañeros del trabajo fueron invitados.

Caminaba por los pasillos sintiendo todas las miradas y murmuros de las secretarías y oficinistas que estaban en su paso. Subió al elevador y llegó a su oficina, dándole los buenos días a su secretaria.

— Muy buenos días, señorita Baek... —comentó con una débil sonrisa pasando frente al escritorio de la mencionada—

— Señor Jeon... —dió una reverencia, sorprendida— no lo esperábamos hoy... ¿cómo se siente? —preguntó sutilmente—

Jungkook soltó un pesado suspiro.

— La vida sigue, señorita Baek, nada puedo hacer para revertir mis errores... —bajó la mirada, pero no quería hacer sentir mal a su joven secretaria, quien era muy sensible en cuanto a emociones— Por favor envíame los papeleos que están pendientes por mis días de falta —sonrió una vez más y entró a su oficina—

— Claro que si... —se retiró con una reverencia—

El castaño se adentró en su oficina, cerrando la puerta tras sus pasos. Respiró profundamente al ver que todo estaba como lo recordaba, dió pasos cortos hacia su escritorio tomando en sus manos un retrato de JaeHee el cuál lo hizo sonreír y sentirse nostálgico.

— No me olvide de mi promesa, amor... —sorbió su nariz- "hasta el fin del mundo, juntos" ¿lo recuerdas, aquel día que fuimos a Busan? —dejó el cuadro en su lugar y comenzó a trabajar—

Así fue por varias horas seguidas, sin duda el trabajo lo apartaba de aquel sufrimiento que aún sentía.

Desvió la mirada al escuchar el teléfono de su oficina con aquel típico tono.

— Diga... —puso el teléfono contra su oreja mientras seguía tecleando—

— Señor Jeon, el Jefe de departamento quiere pasar a su oficina —comentaron del otro lado—

— Oh, claro... dígale que pase, gracias —colgó el teléfono y se dejó caer en su silla suspirando—

— Permiso —un hombre alto, de edad aproximada a los 47 se adentró el el lugar— Hola, Jeon... —dijo con una sonrisa—

— Jefe Kim... —hizo una reverencia— ¿en qué puedo ayudarle?

El mayor negó con su cabeza.

— Nada de eso, Jeon. Sólo, escuche por ahí que volviste y, quise saludarte —contestó con confianza— ¿Cómo van las cosas?