Take a Smile.

•Capitulo 1

Algunos datos curiosos sobre mí que, sé que os ignorareis. (Podeis saltarse este fastido, avanzando. Creo que es totalmente inecesario saberlo, pero quizá algún día sirva).

Soy Lea Williams. (Os fastidio; detesto el sonido sofisticado que emiten las personas al decir mi nombre).

Veinte años.

Tengo un problema desde pequeña en el ojo derecho, que me dificulta leer, escribir y toda la mierda que implique esforzar la vista.

Terminé la escuela con ayuda de psiquiatra y profesor particular. (Tenía problemas de asistencia. Practicamente me llevaba todas las tardes llorando y pasandome rollos por pensar que me iban a molestar y llamar Pirata por usar un parche de vez en cuando).

No estoy muy atenta en esto de encontrar a mi media naranja o cosas por el estilo. El hecho de ser empalagosa me hace pensar;

¿Para qué tantas palabras bellas? Si nunca se aprecia el sentido de la palabra, no tiene valor alguno.
¡SE HA PERDIDO EL SIGNIFICADO DE AMOR!
De qué servirá dedicarle canciones a ese alguien. Enamorarle. Si algún día otra persona tomará nuestro lugar y ¿Será el final? , Lo será. Y todo se acabará. Se habrá perdido la batalla.

Mi tía me paga (Lo ha determinado sin mi opinión.) por llevarla al Instituto. Según ella, alguna vez llegará mal y yo tendré que encargarme de la pobre señora cincuentona que en vez de disfrutar los placeres de la vida, habla todo el día de su cáncer.

Con el dinero pago mis estudios. Una parte de ellos.

En fin.

Hoy he acompañado a Trish -Por cierto; tía Trish.- A la IC (Instituto del cáncer).

Trish: Toma, unos dolares para que te compres algo cuando entre a la sala.

Yo: No te preocupes, uso los míos.

Trish: Bien, y ¿no gustas dar un paseo por el pasillo?

Yo: Si.

Trish: Te envío un texto cuando me desocupe. No ligues mucho.

Claro que era uno de sus métodos para subir autoestima.

No me son útiles.

Pasé por una máquina de bebidas y pagué una lata de Coca-Cola.

Cerca de una fuente, estaba el tontorrón de la otra vez.

•Duda existencial; ¿Por qué si no dais el tiempo para abrochar vuestros zapatos, no los comprais sin cordones?

Lo acepto, está bueno.

No me da la gana acercarme. Menos si casi me muerde por fastidiarlo.

Posee pelo castaño, ojos miel y piel un tanto tostada.

Un buen físico.

Jeans desteñidos por lavado. Una camiseta de Nirvana. Converse negras y sucias, muy sucias en mi opinión.

¿Alguna vez te diste cuenta que un tipo majo te miraba y ambos coqueteaban únicamente con la mirada? Esta no fue una de esas veces.

Me senté en una de las bancas viejas y feas que estaba cerca. Abrí mi mochila y saqué Sounds.

Un libro que trata de Clarie, la chica del clima de un canal sin éxito. Nadie lo veía desde que anunciaron la muerte de un cantante y culparon a este de malas condiciones y estado de objetos.

Clarie decide quedarse unas horas extra; donde ocurren situaciones y sonidos extraños.

No os fastidiaré el final hasta que termine de leerlo.

Tomé un sorbo del refresco y me coloqué los lentes.

Lentes feos que llaman la atención porque resaltan en exceso de mi cara.

Se acerca el patán.

-No te había visto nunca por aquí. Cancer a..?

-Nada. Acompaño a mi tía.

-Ah, una adolescente cortante que no sabe que hacer con su vida, y pasa el tiempo leyendo libros gruesos y bebiendo Coca-Cola.

-Y aquí tenemos a un adolescente entrometido que no sabe más que hablarle a gente que no conoce. Agregandole que no sabe abrocharse los cordones y se queja porque tropiezan con él.

-Un verdadero disgusto..

-Lea.

-Permiteme disgustarte, soy Philip.

-Está bien, Phil.

-No. No es Phil. Philip.

No tenía cara de Philip. Más bien tiene cara de Drake o de Steven.

Hablamos unos treinta minutos sobre su cáncer al estomago y de mi problema a la vista.

Hemos quedado en el parque para mañana en la tarde.

Quería verme bien.

Yo: He considerado ir al Centro comercial.

Trish: Um. Es una buena idea. Pero te paso a dejar, tengo un fuerte dolor de cabeza.

Yo: Claro. Tía Trish, algún día me compraré un auto y saldremos ambas cuando se nos antoje.

Trish: Es algo muy lindo de tu parte Lea.

Encontre un vestido burdeo muy mono que hacía juego con mis chanclas color crema y un bolsito pequeño del mismo tono.

Hasta con la ropa más hermosa del mundo, sigo siendo una tuerta sin sentido existencial.