안녕.

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Después de desahogarme de los excesos de champaña me sorprendí a mí mismo en el espejo, indigno y feo, y me asombré de que fueran tan
terribles los estragos del amor. De pronto el avión se fue a pique, se
enderezó como pudo, y prosiguió volando al galope. La orden de volver al asiento se encendió. Salí en estampida, con la ilusión de que sólo las turbulencias de Dios despertaran al hermoso hombre, y que tuviera que refugiarse en
mis brazos huyendo del terror. En la prisa estuve a punto de pisar los lentes de la holandesa, y me hubiera alegrado. Pero volví sobre mis pasos, los recogí, y se los puse en el regazo, agradecido de pronto de que no hubiera
escogido antes que yo el asiento número cuatro.El sueño de aquel hermoso hombre era invencible. Cuando el avión se estabilizó, tuve que resistir la tentación de sacudirlo con cualquier pretexto, porque lo único que deseaba en aquella última hora de vuelo era verlo despierto, aunque
fuera enfurecido, para que yo pudiera recobrar mi libertad, y tal vez mi corazón. Pero no fui capaz. "Carajo", me dije, con un gran desprecio. "¡Por
qué no nací Tauro!". Despertó sin ayuda en el instante en que se
encendieron los anuncios del aterrizaje, y estaba tan bello y lozano como si hubiera dormido en un rosal. Sólo entonces caí en la cuenta de que los vecinos de asiento en los aviones, igual que los matrimonios viejos, no se
dan los buenos días al despertar. Tampoco él. Se quitó el antifaz, abrió los ojos radiantes, enderezó el asiento, tiró a un lado la manta, se sacudió los crines que se peinaban solas con su propio peso, volvió a ponerse el cofre en las rodillas, y se organizó y superfluo, que le alcanzó justo
para no mirarme hasta que la puerta se abrió. Entonces se puso el gran saco color negro, pasó casi por encima de mí con una disculpa convencional, y se fue sin despedirse siquiera, sin
agradecerme al menos lo mucho que hice por nuestra noche feliz, y desapareció hasta el sol de hoy en las calles de Corea.
Por mi cobardía perdí, al ladrón de mi corazón entre las limpias calles de Corea.

아름다운 - Minjoon'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora