Susurros del viento

Revuelo

Siempre fue difícil esto para mi, generalmente nos envolvemos en mascaras que nos acompañan cotidianamente a la hora de ingresar en un nuevo ambiente, todos rodeados de sujetos con sus propias personalidades influidas por una cultura, un contexto que los determina en su forma de ser y muchas veces lo ignoran. Solemos cambiar, no somos los mismos con todo el mundo aun si fuesen conocidos cercanos, las capas, códigos, hábitos y costumbres no tendrán el mismo significante para las personas, su perspectiva de la realidad es un espejo destruido que refleja miles de contenidos.

No me sorprende su silencio ante mis acciones, naturalmente se desenvuelve como una serpiente que evalúa a la presa antes de atacar, sus ojos tan ruidosos que arden envueltos en hielo me observan con parsimonia esperando algo mas; como una tormenta que sorprende a un naufrago a la deriva sin escapatoria, la búsqueda de la divinidad entregada en una gracia infausta que revuelve las entrañas. Somos eso, una poesía triste, una flor marchita, el olor a libro viejo, la angustiante felicidad de las lágrimas, una filosófica apología, la disputa entre poderes, eso y mucho más que trae consigo políticas incorrectas para un discurso religioso ante los vicios.

Tal vez si estábamos cansados, agotados y un poco desamparados, la escuchaba suspirar nuevamente quejándose del imaginario social implantado en las mentes de las personas a tal punto que no las dejaba pensar libremente, el engaño de los medios masivos cautivando a los televidentes con falacias impregnadas de una baja línea inconsciente instalada de manera ilegible. Quizás si nos conocíamos demasiado para percibir la energía del otro, me perdía en sinfonías transitadas de un placer exótico adictivo del cual trataría de nunca dejarlo, aunque consumiera lo último de mi esencia, aun si mutara en salvias me restauraría nuevamente con un deje de sonrisas. Somos, no somos y seremos, entre risas me descargo de un pasado trágico que considero una experiencia un poco confusa tras una mala memoria conformada por el tiempo, los miedo me persiguen asfixiantemente con su palabrería barata desbordada de un cinismo informante. Juguemos a la dictadura, donde desaparecemos gente liberando mentiras precocinadas, destruyamos una unidad colectiva que salvaría millones de vidas, algo hicieron chilla el viejo del barrio con un desdén atroz, ¡Que vuelvan los militares! Gritan los ensangrentados ignorantes. Todavía temo a salir, temo a vivir, temo a que vuelvan, me asusta que ella salga con una carga implantada por un sistema opresor, le tengo miedo a que un día no vuelva, a sentir su ausencia porque se la llevaron, como a tantas otras. Tengo miedo a que seas la próxima, a perder tu sonrisa, tus palabras, la alegría y la tristeza, nos arrebataron a tantas la escucho repetir nuevamente con un deje de furia. La historia es cíclica, no me sorprende comparar un estado terrorista con una sociedad machista, ¿En que difieren? Si al final llueven historias, nombres y cadáveres.

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Hey, hola! volvi de entre los muertos con nuevos escritos y algunas historias también!