⚘.• ℋᴇʀ ʜᴇ; ℐɴᴏsᴜᴋᴇ ʜᴀsʜɪʙɪʀᴀ •.⚘

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. . .揮発性
( Volatilidad )
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Hubo un inicio, volátil e inesperado.

─── ¡Tú no eres un Rey! ¡Eres un niño, Inosuke!───gritaste furiosa, importandote poco si él te llegaba a asestar otro golpe—aunque implorabas el que no lo hiciera—.

─── ¿¡Qué no lo soy!?───cuestiona, elevando ese tono jocoso en su voz───¿Y quién lo dice? ¿Tú?───lanza una carcajada al aire───Eres solo una mocosa débil, ¡No soportarías vivir como yo!

───¡Un Rey protege a su pueblo!───Afirmas vociferando───.En cambio tú, lastimas a cualquier ser que se interpone en tu camino y, ¡Eso es asqueroso!

No te importaba que inosuke se molestara o intentara darte otro golpe en la cabeza o  te lanzara alguna de sus amenazas, no te importaba nada más que hacerlo entrar en razón.

Era un niño como tú; indefenso de sus emociones y sentimientos.

Eras quien lo mantenía conectado a la realidad. Aún si él se negaba a escucharte o se alejaba de ti, no lo dejarías por nada del mundo.

Es tu amigo y lo aprecias apesar de ser muy abusivo. Pero lo entiendes, él no tuvo a nadie que lo guiara o ayudará.

───Pero yo te protego───susurra ínfimo───, ¿Acaso eso no basta?───su máscara cubría su rostro, pero podías asegurar que fruncía su ceño con molestía y confusión debajo de esta───¿Por qué debo de proteger a otros cuando te dije que te protegería a ti únicamente?

───Inosuke───Lo llamaste suavecito, como si cualquier mínimo desplace de voz lo asustara.

───¡No te entiendo!

Liberó su rostro del interior de su máscara, dejando al expuesto una mirada confundida y roja.

Tomó asiento sobre la roca donde se encontraba de pie y escondió su rostro entre sus manos, frontandolas con ansiedad. Cuando por fin logró calmarse un poco, su mirada y la tuya se encontraron.

───¿Qué se supone que haga?───tus manos acariciaron sus negros cabellos con dulzura───¿Cómo te hago sentir feliz por mí?

───¿Quieres decir "orgullosa"?───Asintó y entonces lo tomaste entre tus brazos.

Fue la primera vez que el pecho de Inosuke se sintió cálido de una manera diferente a cuando peleaba y la primera vez en que dudó en hacer un movimiento. Con lentitud sus brazos te envolvieron con sumo cuidado, no como esos abrazos bruscos que te asfixiaban.

Era como si cuidara de hacerte daño él mismo.

───Eres débil y pequeña, como todos los animales de aquí───susurra.

───Eso es cierto.

───¿Todos los demás son como tú?

───¿Cómo yo?───preguntaste, Inosuke pareció escogerse y guardar su rostro por debajo de tu pecho.

───Sí───dice───, cálidos como tú.

El latir salvaje de tu corazón fue el madrigal idealista de los sentimientos inmaduros de Inosuke.