⚘.• ℋᴇʀ ʜᴇ; ℐɴᴏsᴜᴋᴇ ʜᴀsʜɪʙɪʀᴀ •.⚘

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Pecaminoso, era la palabra exacta para esos pensamientos y sensaciones que preponderan tu cuerpo de noche. Deseoso y débil, que en cosquillas se revela; fogoso cuando se deja y cálido cuando lo tocas.

Cierras los ojos y te sumes en sus labios, esos pequeños labios que abarcan los tuyos con autoridad y una rudeza que te hace temblar. No hace falta atacar, tu mano sostiene su faz y él sin dudar planta un último beso y se va. No regresa, lo anhelas en tenues súplicas al viento  que te regala su fragancia a glicina y camelia adornando su cuello. Atenta lo escuchas, apreciando como se desliza por tu cuerpo mientras te cuenta mil y un cuentos.

Sus manos buscan tocarte, adentrarse lo más posible en ti. Un cosquilleo ondula tu manso cuello y es cuando su mirada te acaricia; derramando grácil su inocencia en un intento de cautivarte aún más. Ni siquiera lo intenta, te fascina y lo sabe, inmersa te admira y se aprovecha.

Buscas ansiosa la asfixia, esa exquisita sensación que te produce al arrinconarte contra la pared, el suelo o cualquier superficie que se amolde a tu cuerpo. A las curvas apenas presentes que ocultas bajo la seda de la vergüenza, insegura de lo que hierve bajo tu piel, pero segura de hacerlo resonar obsceno contra tu piel.

Abres los ojos y ya no está.

Lo rebuscas impaciente, indagas su mirada, el agarre firme de su bajo y lo profundo de su voz; quieres escucharlo.

El calor te consume a la vez que las caricias no satisfacen tu estigma bombardeado, tu tacto es ajeno e incapaz de avivar el toque de la campanilla; no eres indicada ni para ti misma.

Pero no te desanimas, el golpeteo desigual de sus pies te regresa a la vida.

— Aquí estoy—su voz está rasposa como siempre, golpeando con brusquedad los bajos de sus cuerdas vocales.

Sus orbes olivo te acompañan, su semblante impropio te acicala y sus ademanes te susurran maravillas. Parece fantasía, una bestia yace ausente entre tus brazos, ajeno de pertenecer aquí o allá, pero le agrada aquí, así que se quiere quedar.

Le dices que está bien, pero aparenta no importarle.

— Quiéreme solo a mi.

Oh dios, tan imprudente como siempre te hipnotiza, esa actitud rebelde y egoísta te eleva a la cima; aprietas las piernas, ahogas tu voz y falleces en la esquina.

Sus manos ásperas acarician los pétalos de la ardiente flor, imprudente como siempre penetra su estigma, devolviéndote a la vida.

Quiere que sigas.

Tus lágrimas saben dulce acompañadas del carmesí obsceno de tus mejillas.

— Eres mía.

Y eso es lo único que anhelas.

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🍒; Aaaaa, aquí un coso que hice en medio de mi crisis con Wattpad.

El rumbo que tomará este fic será incierto si les soy sincera.
Igual, espero y les guste ✨