8.- La mitad de siempre

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(LA SEÑAL)

- ¿Sabes? No es tan malo esto- le dije a James.
- ¿No? Estas loca- habló.
- No tu estas loca- le dije.
- ¿Loca?- preguntó sin entender-. No soy mujer.
- Te quejas como una- le dije.
- Que chistosa- habló entre dientes.
- Lo se- dije.
- ¿Cómo está la mujer más hermosa que he visto?- apareció John.
- Muy bien cielo, gracias por preguntar- contestó James con voz aguda.
- Cállate- le dijo John con una sonrisa.
- ¿No me habías preguntado que como estaba?
- Que chistoso- le dije.
- Lo se- dijo mientras se iba.
- ¿Y bien?- dijo mientras me empezaba a besar el cuello.
- Bien- dije y solté un gemido.
- Eres hermosa- dijo. Entonces sentí un chorro de agua fría sobre nosotros. Todos los muchachos se estaban riendo. Nos habían sacado para hacer servicio comunitario y eso era limpiar las calles.
- ¿Qué les ocurre?- dijo John molesto.
- Los teníamos que enfriar, sino, follaban ahí mismo- habló Alex.
- Sueñen- les dije.
- ¿No lo han hecho?- habló sorprendido Derek.
- Soy virgen- les dije-. Bueno, era- susurré a lo que sólo John me escuchó y me volteó a ver sorprendido.
- De ninguna manera- dijo Derek.
- ¿Por qué no?- les dije.
- Bueno, porque eres- dijo Alex mientras me volteaba a ver de arriba a abajo- sexy.
- Y mía- dijo John.
- Lo sabemos- hablaron los dos al mismo tiempo.
- Ya estoy cansada, tomemos un descanso- apareció Nina.
- Concuerdo con la castaña- apareció Beth.
- Bien, ¿Qué hacemos?- les pregunté.
- Nosotros iremos por ahí, luego los vemos- dijo John mientras me tomaba de la mano y me guiaba al parque que estaba ahí. Nos sentamos debajo de un árbol, un Manzano para ser exactos.
- ¿Me puedes explicar lo de tu virginidad?- dijo John evidentemente molesto.
- Es que, me daba pena decírtelo, lo lamento...
- No digas eso, por favor, no lo la entes, sólo que, hubiera sido más delicado- explicó más calmado.
- No me importa, me alegra que hayas sido el primero- le dije.
- A mí me alegra más preciosa- dijo mientras pasaba un brazo por mis hombro y me apretaba contra él.
- ¿Quieres una manzana?- le pregunté mientras me paraba.
- ¿Piensas escalar el árbol?- me preguntó curioso.
- Pues no puedo hacer que leviten hasta acá así que sí- le dije mientras empezaba a escalar el árbol.
- Cuidado Blake- advirtió John.
- Ya casi...- dije mientras intentaba arrancar una manzana, al lograrlo perdí el control y me fui de espaldas. Al caer no sentí el pasto sino que John estaba debajo mío agarrándome de la cintura.
- Te lo dije- me sonrió.
- Esta bien, esta bien- le dije mientras yo lo besaba.
- Si sigues así moriré.
- Pero quiero seguir- le dije mientras le robaba muchos besos rápidamente sin darle tiempo a responder.
- No te detengas- me dijo con una sonrisa.
- No tengo la intención.
- Eso es bueno- dijo.
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- ¿Te casarías conmigo?- dijo John a lado de mí acostados de espaldas en el pasto.
- Claro, sólo si me consigues un diamante del tamaño de mi puño- le dije bromeando.
- Esta bien- dijo serio. Yo lo volteé a ver.
- John, sólo bromeaba, no me quiero casar a esta edad, no se lo que pasará en dos mese- le respondí honesta.
- Tranquila, yo te esperaré.
- Puede que me tarde mucho.
- No me importa, por ti esperaría por siempre.
- ¿Siempre?
- La mitad de siempre.
- ¿Y la otra mitad?
- Estaré a tu lado.
- Entonces la mitad de siempre será- le dije con una sonrisa.
Nos quedamos un tiempo viéndonos. Me sí cuenta de que el hombre que tenía ante mí jamás me abandonaría, puede que ambos cometamos demasiado errores pero él era el indicado, al que de verdad quería. John lo había dicho. Uno no escoge de quién se enamora y yo lo había hecho perdidamente de John. Y yo también estaba dispuesta a esperar, la mitad de siempre.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2015 ⏰

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