Correcto, aquello era una locura.
Esa fue la conclusión a la que llegó Risu una vez se puso a pensar en su situación actual: Estaba siguiendo a unos encapuchados de malas intenciones, que encima iban en busca del tipo que menos quería encontrarse en esa ciudad.
Pero de acuerdo el famoso refrán, la curiosidad era una asesina psicópata que se llevaba consigo la vida de muchas personas y gatos inocentes, y ahora también agregaría a su lista la de una ardilla entrometida. Risu simplemente no podía dejarlo pasar, el cómo se desenlazaría aquel asunto le resultaba demasiado intrigante, y debajo de sus capas exteriores de nerviosismo e inseguridad, se retorcía un verdadero cotilla.
Así que, reafirmando su resolución de meter las narices donde no le llamaban, torció a la izquierda en una esquina esperando ver a sus objetivos, para encontrar que los había perdido.
Confuso, apresuró el paso hacia el final de la calle que se ramificaba en otras tres direcciones, sin lograr divisar a alguno de los sujetos que seguía anteriormente.Desandó un rato por la ciudad, buscando sin tener éxito, hasta finalmente emprender el camino a casa presa de una rara mezcla entre alivio y desilusión.
Quizás se le pasaría con un buen baño.Sin embargo.
Luego de haber recorrido algunas calles debatiéndose si la euphorbia enopla¹ se consideraba una especie de cactus o no, llegó a sus oídos el inconfundible eco de una batalla. De inmediato, cambió su rumbo en dirección de donde provenía el sonido.
A medida que avanzaba la vegetación y el abandono se hacían presentes, aquella debía ser una zona deshabitada, y considerando que el barullo se hacía cada vez más fuerte, dedujo que estaba bastante cerca del sitio de la riña.
Redujo su paso e intentó ser lo más sigiloso posible. De la nada, un cuerpo fue aventado justo a frente a él provocándole emitir un chillido poco varonil. Tapó su boca con rapidez, temiendo haber delatado su presencia, y corrió presuroso hacia el final del callejón desbaratado, asomándose por entre los restos de lo que solía ser una antigua casa.
Al llegar divisó un espacio abierto, escombros que lucían recientes esparcidos por doquier. De los cinco encapuchados, si descontaba al que había sido lanzado por alguna razón, solo tres quedaban en pie, considerablemente heridos, otro se encontraba brutalmente estampado en una pared (Risu dudaba que aún respirara) y el último, aquel que parecía ser el líder, se hallaba sentado sobre lo que era un cuerpo. El cuerpo del jefe de los ojos cruzados:—No puedo creerlo! La información era cierta! Lo conseguimos!!!— Celebró un sujeto bastante magullado.
—Jajaja! Tenemos la vida asegurada!!— Apoyó su compinche en iguales condiciones.
No, Risu tampoco podía asimilar lo que veía. Aquello era ilógico, ¿que ocurría con toda las advertencias de Asu? ¿No se suponía que aquel era un miembro de la élite? ¿No que era en extremo poderoso? O acaso esos tipos eran realmente competentes? Más que irracional ...se sentía frustrante, ¿había estado preocupado por nada?
Molesto por alguna causa que no lograba definir, Risu decidió que ya era hora de retirarse.—Qué hacemos con sus aliados? No van a permitir esto, cierto?—
—Nos deshacemos de ellos, obviamente. Luego toda una organización estará a nuestros pies!— Respondió el líder.
Estas palabras lograron frenarlo en seco, una sensación desagradable asentándose en su estómago. La pregunta surgió sin que pudiese detenerla “¿Y si fuera posible que...?” “No, no podría ser” “Solo estaba pensando demasiado las cosas, como siempre, ¿verdad?”
Tratar de auto-convencerse no debía de ser su fuerte, porque le fue inevitable recordar el tono afectuoso de Nikaido, el cariño con el que fue pronunciado el nombre de “Kaiman”. Se encontró en una verdadera cruzada de emociones, lo más prudente sería sin duda retirarse, pero, que ocurriría si aquellos dos eran realmente amigos?
Las posibilidades eran bajas, pero no inexistentes. En una situación hipotética, la chica definitivamente no se quedaría de brazos cruzados si su amigo estuviese en tal problema, y Kawajiri la secundaría cualquiera que fuese su decisión.
Por otro lado, los enemigos eran capaces de derrotar a un Élite, y no parecían tener vacilaciones a la hora de eliminar a otros estudiantes por tal de asegurar su futuro.

ESTÁS LEYENDO
Wizardry Gakuen
FanfictionEn una escuela-internado mágica solo para ellos, se desarrollará el ajetreado día a día de nuestros estudiantes hechiceros. Tendrán que aprender a convivir y superar sus diferencias si quieren sobrellevar las futuras adversidades que se presentarán...