Capítulo 4🔥

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1 de Febrero de 2019

12:33 a.m

Luego de haber pasado la tarde en la sala conversando y cenar una comida ligera a las siete de la noche. Namjoon decidió irse a su habitación a leer un libro, a la hora de la madrugada. Cuando se levantó del sofá, les advirtió a los menores que no le molestarán. Taehyung y Jungkook se habían quedado solos, en completo silencio, pero el menor de ellos, no le entusiasmaba quedar a solas con el castaño.

En la cabeza de Taehyung, le pasaban muchas cosas. Quería estar cerca del pelinegro, oler el suave aroma de la crema que se aplicaba el menor. Así que, en minutos de haber entrado Namjoon a su habitación, mordió su labio y se levantó del mueble.

—Creo que me iré a dormir —dice, sin mirar a Jungkook. Acción que le pareció un poco extraño, ya que él mayor nunca le quitaba la mirada de encima.

Escuchó la puerta cerrarse y suspiró un poco aliviado, calmando las pequeñas olas de nervios que le había causado Taehyung.

Miró hacia atrás verificando que el castaño si habría entrado y que no estuviese parado como un farol detrás de él, clavándole la mirada. Quiso tomarse un vaso de leche y comer una manzana que habitualmente Namjoon compra cada viernes. Él lo admira un poco, es maduro, comprensivo, psicólogo en algunos casos cuando él está peleado con Jimin, es un hombre sano, sale a trotar en las mañanas, cumple con su trabajo ya sea en la compañía o en la casa. Cualquier novio ideal para una chica.

Cuando lo conoció por primera vez, le causó atracción. Pero ahora, solo le tiene mucho cariño, además, el alto es heterosexual.

Terminó de comerse la gustosa manzana, enjuagó sus manos, observó el reloj arriba del refrigerador que indicaba las 12:42 de la madrugada. Suspiro pensando en Jimin. Cuando el rubio llega tarde, solo entra directo a su habitación a darse un baño y acostarse a dormir. Lo entiende perfectamente, él también trabaja en el mismo restaurante, y en algunas ocasiones llega tarde pensando nada más en darse un baño caliente y dormir hasta tarde. El turno del rubio es en el transcurso de la tarde y noche, por eso hay días que lo dejan hasta horas de la madrugada laborando. A diferencia de Jungkook que su turno es en la mañana y mitad de la tarde, pocas veces lo dejan hasta en la noche.

Supuso que el castaño ya estaría dormido en su cama pero se llevó gran sorpresa cuando vio a Tae sin camisa, enfrente de unos de los cajones, observando en sus manos un dildo de color azul y un vibrador con forma de pene del mismo color.

Tragó seco sin apartar la vista de esos juguetes.

—¿Te vas a quedar ahí parado observando? —el castaño arquea una ceja, sonriendo por el rostro sonrojado del menor —. Cierra la puerta con seguro —le ordenó.

El pelinegro de inmediato cerró la puerta con seguro cómo se lo había ordenado Tae. Desvió la mirada a otro lado al darse de cuenta que también observaba el torso del mayor. Le pareció apetecible la clavícula, los pectorales, el cuello y el abdomen del castaño.

—V-voy a dormir —farfulló nervioso, caminó a paso lento hacia su cama pero el chico que tenía los dos juguetes, lo sujetó de la muñeca.

—Todavía es temprano.

—Son la una de la mañana —bajó la cabeza, no quería verle.

—¿No quieres jugar? —le mostró los dos juguetes. El menor tragó seco y no se atrevió a responder. —Mírame.

Se lo pensó por unos segundos, pero tuvo el valor de ladear su cabeza para poder cruzar miradas. Tae dejó los aparatos sobre su cama, soltó la muñeca de Jungkook y con las yemas de sus dedos le acariciaba el brazo. No estaban tan cerca pero podía percibir el aroma de la suave crema, ese que lo volvía loco.

Chico AtrevidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora