【Un paraguas para dos ☔ 】─ Una historia de amor 💑

Capítulo 1: Una confesión bajo la lluvia

El invierno es mi estación favorita, y este día es perfecto para lo que planeo hacer. Muchos pensarán que es raro, pero lo que hace a este día tan especial para mi es la lluvia que no parece tener fin. El sonido tan único y relajante que
emiten las millones de pequeñas gotas de lluvia que impactan contra el suelo, el frío que envuelve mi cuerpo y que cala mis huesos. Todo es absolutamente perfecto.

Escuché sonar el timbre de salida, tomé mi mochila y mi paraguas en manos, logrando ser la primera en salir del salón. Corrí lo más rápido que mis torpes pies me lo permitieron, y me detuve hasta que él apareció en mi campo de vista.

Allí estaba, como todos los días después de clases, yacía sentado en una banca resguardandose de la lluvia. Esperaba por sus amigos quienes pertenecían a grados superiores.

-Esta vez si lo haré, lo haré bien. -Me animaba a mi misma en repetidas ocasiones.

Abrí mi paraguas para llegar hasta donde él y no mojarme en el transcurso. Me posicioné detrás del chico de apariencia casi perfecta quien aún no se percataba de mi presencia.

-Hola, Jack. -Dije esperando una respuesta por su parte.

Este giró su cabeza hacia atrás dejándo a mi vista su masculino rostro. -¿Eh?. -Soltó apenas audible.

Sentí que un escalofrío recorrió mi cuerpo entero, y que mi cara ardía por la vergüenza de tan sólo pensar en lo que estaba apunto de decir. -Talvez no me recuerdes, pero he llevado dos parciales de Química contigo y sonará extraño, pero desde entonces te he estado observando y tu-tu... -Dije entre balbuceos. -Me gu-gus-tas. -Solté escuchandome la más tonta del mundo.

Él se paró y sin decir una sola palabra caminó hasta quedar frente a mí. -¿Qué dijiste?. -Preguntó, mostrandome su hermosa sonrisa, la cual encajaba perfectamente en su rostro. Y sin dulda alguna volcó mi corazón.

Sin pensarlo mucho tomé algo de valor y lo dije. -¡Me gustas mucho, Jack!. -Su reacción me sorprendió, nisiquiera inmutó por la intensidad con la que hablé y por el peso de
mis palabras.

De un momento a otro su expresión que siempre era agradable había dejado de serlo, ahora una fría y llena de desden embargó su rostro. ¿Qué estaba pasando?.

De pronto se acercó más a mi y susurró en mi oído. -Eres tan patética. Nunca me interesaría alguien como tú.