Los personajes no me pertenecen, la historia sí.
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Hinata tapó sus odios. Pequeños lagrimales brotaban de sus ojos color perla.
Se escuchaban los gritos de sus padres en la habitación contigua y posiblemente, en casas cercanas.
Inevitablemente, escucho algo romperse, ¿qué había sido? ¿El florero que le regaló a su madre?En un intento sobrehumano mordió su labio, para que no se escucharán sus propios quejidos de miedo.
Sus padres siempre se acechaban mutuamente como perros defendiendo su territorio. Cada roce era un chispazo electrostático; cada palabra un insulto potencial; cada conversación, un campo minado. Durante las comidas estaban sentados uno frente al otro, con la mirada puesta en la comida. Hinata flaqueaba, con los ojos abiertos de par en par y silenciosa.
El reloj hacía tic-tac. Y un gato negro paso por su ventana. Con sus ojillos amarillos, trabajo a la joven, indiferente. No obstante, sólo la noche fue testigo de aquello.
...
Caminaba por las concurridas calles de su ciudad. Cabizbaja y tratando de no hacer contacto visual con nadie.
Debía darse prisa, al llegar del instituto, si quería comer e irse a su habitación. Antes de que sus padres lleguen, se vayan a emborrachar ya terminar peleando.
Al caminar con la mirada gacha, sus perlados ojos se toparon con un pelaje oscuro y al ver con atención un gato negro la veía desde abajo. Cuando el pequeño animal se dió cuenta de su atención, le lanzó maullidos y comenzó a restregarse en las piernas de las chica, buscando atención.
Hinata lanzando un suspiro, se agachó para acariciarlo.
—Gomen —le habló con tristeza oprimida en su pecho. Rasco tras sus orejas—, ahora no tengo nada.
Los ojillos de minino brillaron debido al atardecer que se cernía sobre ellos. Y las sombras de las personas, ensombrecía la mirada penetrante del felino.
De repente, y sin saber cómo, un mareo la invadió. Su visión se volvió borrosa y no supo cuando, el gato desapareció, al igual que el piso. En un intento de concentrarse, sus manos y en ellas aparecieron llamas envolviéndolos como una manta. Pero todo era como un sueño, puesto que no era absolutamente nada.
Luego, todo se volvió negro.
Los que pasaron por allí no se dieron cuanta que una joven se acaba de pulverizar.
Nadie, salvo el gato negro que continuo su camino, satisfecho de haber cumplido su misión.
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El bosque de las luciérnagas [𝒮𝒶𝓈𝓊𝒽𝒾𝓃𝒶]
FanfictionLe ordenó al demonio sediento de sangre que la llevara a su hogar, no le importaban sus maldiciones. Siempre podía recordarle que él le pertenecía. Y aunque no quisiera, ambos estaban metidos en esto. [Sasuhina]