Capitulo 22.

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-¿Quién eres?-pregunté, ya que su rostro me era conocido, sin embargo, también me parecía una persona extraña

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-¿Quién eres?-pregunté, ya que su rostro me era conocido, sin embargo, también me parecía una persona extraña. 

-Tu otra yo-me dijo. 

Me solté a reír.  -Sí, claro. No puedes ser mi 'otra yo'; ¡yo no me pondría jamás esos tacones tan altos! -señalé sus pies. 

-Sí, bueno; pero resulta que yo hago cosas que tu normalmente no harías. Como por ejemplo, aceptar que me gusta Jaden. 

-¿Jaden Hossler?-vociferé, echándome hacía atrás. 

-¿Lo ves?-dijo de lo más tranquila- Tú no lo aceptas, yo sí.

-Jaden no me gusta, ¿estás loca? ¡Es el novio de Charli! 

-Deja la histeria que sabes que tengo razón. 

-Demente-farfullé.

-Bueno, ¿y qué si no fuera novio de Charli? ¿Aceptarías que te gusta? 

-No. 

Ella rió y su risa burlona me incomodó.  -Claro, por que si no fuera novio de Charli, quizá no lo hubieras conocido-pensó. 

-No me gusta Jaden -dije, tajante.  

-Repítelo hasta que te lo creas, por que a mí no me engañas -me sonrió.

-¡Guarda silencio!

-¿Por qué? Nadie puede oírnos, sólo estamos tú y yo. Si aceptas que Jaden te gusta, dejaré de molestarte. 

-No -me crucé de brazos.

-Como quieras -se encogió de hombros-. A fin de cuentas para eso estoy yo. 

-No sé de quién seas la otra parte, porque de mí no. 

-Como digas-manoteó restándole importancia a mi comentario-. Pero ten en cuenta que yo, si acepto que Jaden me gusta y no olvides que sí soy parte de ti. 

El sudor me perlaba el rostro cuando me desperté jadeante entre las sábanas. Eso sí que había sido una pesadilla.  Un extraño y loco sueño, nada más.  Miré el reloj, eran las ocho de la mañana.  Recordé los planes que tenía con Liam y salí disparada de la cama para bañarme y vestirme. 

Salí entonces a buscar a Liam pasadas de las nueve treinta, y como siempre, esa bonita sonrisa en su rostro de ángel me alegró la mañana. 

-Hola-me saludó.

-Hola. 

-¿Lista para irnos? 

-Claro. 

Enredé mi brazo al suyo y nos encaminamos a su mustang antiguo, color negro. Me abrió la puerta y luego puso el auto en marcha.  El motor rugió bajó nosotros y las llantas comenzaron a rodar.

Mᴀɴᴜᴀʟ ᴅᴇ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ-Jᴀᴅᴇɴ HᴏssʟᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora